El rinoceronte, que se cree era el más longevo entre los de Norteamérica y el segundo del planeta, adolecía de una severa artritis para la que los medicamentos empezaron a ser cada vez menos efectivos.
En pasadas semanas, el rinoceronte, que nació en abril de 1977 en Japón y fue llevado al zoológico de Miami en 1983, experimentó una “dramática pérdida de peso y se volvió letárgico”, sin que los exámenes que se le practicaron dieran pruebas concluyentes sobre los motivos.
En un comunicado, la institución detalló que a Toshi se le hicieron pruebas más profundas sin que ofrecieran pistas sobre su deterioro de salud tras las cuales la condición del mamífero oscilaba hasta la noche del jueves, cuando luchaba por levantarse.
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Sus cuidadores determinaron que “no había esperanza de recuperación” y Toshi finalmente fue sacrificado.
La muerte del animal ocurre casi dos semanas después de que Pongo, una jirafa macho que por ser la más alta de la manada figuraba entre las principales atracciones del Zoológico de Miami, fuera sacrificada tras fracturarse dos patas y agravarse luego la herida.
Pongo, que nació en febrero de 2009 en el Zoológico de Denver (Colorado) y llegó al de Miami en noviembre del mismo año, recibió unos zapatos de gomas a modo de prótesis a través de un gran operativo con participación de hasta 24 personas y que en una primera instancia fueron exitosos.
La jirafa pudo volver a movilizarse, pero las prótesis se desprendieron y el animal se lesionó de nuevo. La jirafa macho fue inmovilizado para continuar su tratamiento con anestesia, pero hubo que practicarle la eutanasia debido a la gravedad de la fractura que revelaron las radiografías.