Con los factores de riesgo que están presentes en el día a día, las enfermedades cardiovasculares resultan una de las principales causas de decesos y discapacidades a nivel mundial. Paraguay no es la excepción en esta área y se registran 8.224 decesos al año por este problema, de acuerdo a datos del Ministerio de Salud.
La cifra ocupa el 26,6% de las mortalidades a nivel general en el país. Este dato corresponde al año 2016 y fue dada por el doctor José Ortellado, director del Programa Nacional de Prevención Cardiovascular del Ministerio de Salud Pública.
Una manera de revertir las afecciones cardiovasculares es llevar a la práctica hábitos saludables. Ortellado, al igual que otros profesionales, sugiere mantener una alimentación sana, realizar actividad física de forma regular. A ello debe sumarse dejar de lado el tabaco. Estas prácticas contribuirán a reducir el riesgo de patologías cardiacas y accidentes cardiovasculares. A su vez, permitirán mejorar la calidad de vida de la persona.
En mayo de este año, Paraguay había sido seleccionado para participar del Mes de la Medición 2018, una iniciativa de la campaña de detección mundial de hipertensión arterial.
La presión alta, como también es conocida esta afección, es uno de los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. La hipertensión arterial afecta al 46,8% de los paraguayos. La cifra se concentra en el grupo de personas desde los 30 hasta los 60 años.
OMS. Cada año 17.500.000 personas fallecen en el mundo a causa de las enfermedades cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos tres cuartas partes de estos decesos ocurren en los países con ingresos bajos y medios.
El organismo señala también que a nivel macroeconómico, las enfermedades cardiovasculares suponen una pesada carga para las economías de los países de ingresos bajos y medios.
Según los cálculos recogidos por la OMS, debido a la muerte prematura de muchas personas, las enfermedades no transmisibles, en particular las cardiovasculares y la diabetes, pueden reducir el producto interno bruto hasta en 6,77% en los países de ingresos bajos y medios con crecimiento económico rápido.