“Con tremenda tristeza anunciamos la trágica muerte de Rafiki, Lenkume, así como uno de los hijos de Lenkume, cuatro hienas y un antílope, víctimas de un grupo de mortíferas trampas (colocadas) para atrapar animales silvestres”, informó hoy en su cuenta oficial de Facebook el Programa de Conservación de Depredadores del Mara; encargado de preservar con vida a estos felinos.
El comercio ilegal de carne silvestre, que incluye desde jirafas y cebras hasta antílopes y búfalos, entre otros, es una gran amenaza para los ricos ecosistemas del Masái Mara y Parque Nacional del Serengeti en Tanzania, ya que en la frontera de estos dos países es algo habitual.
En el comunicado, el grupo especifica que el antílope habría sido el primero en caer en la trampa, y que su presencia habría después atraído a los leones y a las hienas, quienes “también quedaron atrapados” en un espacio que resguardaba más de medio centenar de trampas.
La paralización económica causada por la pandemia del Covid-19 ha aumentado en los últimos meses la presencia de este tipo de trampas —un trozo de alambre que termina en un lazo formado por un nudo corredizo—, debido a que la venta de este tipo de carne constituye una forma fácil y rápida de ganar dinero.
El Programa de Conservación de Depredadores del Mara anunció también que se está barriendo la área en busca de nuevas trampas y prometió “una investigación completa” sobre lo sucedido.
Según este organismo, los guardabosques (rangers) del Mara, quienes patrullan a pie a diario zonas designadas, eliminan miles de trampas para la caza de animales silvestres cada año.
Por su parte, diferentes organizaciones ambientalistas, como el Proyecto de Elefantes del Mara, estiman que el 90% de los animales atrapados en ellas no alcanzan nunca el mercado ilegal, sino que se mueren al resultar heridos, y su carne termina por pudrirse.