Kris Carlyon, biólogo del Programa para la Conservación Marina, indicó este martes en una rueda de prensa tras la jornada matutina de rescate que es “inevitable” que mueran más ballenas a medida que transcurre el operativo.
El experto evitó actualizar el número de animales fallecidos tras cifrar los decesos en un tercio a primera hora del día y señaló que el número de ballenas liberadas será mayor al terminar la jornada.
Las ballenas se encuentran atascadas en tres bancos de arena de la bahía de Macquarie, en el oeste de Tasmania, mientras los biólogos y expertos marinos estudian la manera de mantener con vida al mayor número de estos enormes mamíferos, que pueden llegar a medir hasta siete metros de largo y pesar unas tres toneladas.
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“Un cribado es esencial. Para empezar, vamos a ayudar a los animales a que tengan mayores posibilidades (de sobrevivir) y a aquellos con los que podamos lidiar (...). Algunos animales pueden ser demasiado grandes o permanecer en una ubicación inadecuada para tratarlos”, comentó Carlyon.
El experto apuntó que es posible que el operativo, en el que trabajan unas 60 personas, se prolongue durante varios días.
Imágenes tomadas en el lugar muestran el dorso de decenas de ballenas parcialmente cubiertas por el agua.
“Esta especie de ballena piloto es bastante resistente. Permanecen húmedas y el tiempo de hoy ha sido muy favorable para ellas. Con estas condiciones pueden sobrevivir durante varios días”, dijo el biólogo.
Carlyon, que remarcó la dificultad de determinar la razón por la cual las ballenas quedaron varadas, apuntó la hipótesis de que estos cetáceos se acercaran a la costa en busca de alimento.
El grupo habría sido guiado por “una o dos” ballenas piloto y el resto de estos animales sociales las habría seguido hasta quedar atascadas en los bancos de arena.
No es la primera vez que varias ballenas quedan varadas en las playas de Tasmania, especialmente en la bahía de Macquarie, donde el último incidente masivo se produjo hace un decenio.
En incidentes anteriores, la comunidad científica ha barajado la posibilidad de que las ballenas acudan al litoral atraídas por los sonares de grandes buques o guiadas por una cabeza de grupo desorientada a raíz de sufrir una enfermedad.
Algunos expertos creen que son animales sociales y si uno de ellos comete un error y se introduce en aguas poco profundas, el resto le sigue.