Paula Domínguez viuda de Torres, de 52 años, paciente oncológica del Instituto de Previsión Social (IPS), denunció que le fue quitada su jubilación por invalidez por enfermedad a pesar de que las secuelas del tratamiento y la enfermedad no le permiten volver a su vida normal.
“Me detectaron cáncer de mama, estuve con quimioterapia y radioterapia. Desde el inicio de la enfermedad tuve que recurrir a reposos médicos porque no podía seguir trabajando. En ese entonces, trabajaba como gestora, lo que requería que pase mucho tiempo en la calle y en transporte público”, relató a Última Hora.
Ante tantos meses de reposo, la Junta Médica la evaluó y determinó en el 2015 su jubilación por invalidez de forma parcial y un año después, en el 2016, dictaminó su jubilación definitiva. Desde ese entonces, percibió alrededor de 1.200.000 a 1.300.000 guaraníes, por 15 años de aporte.
“Yo no pedí, pero realmente mi cuerpo ya no daba para seguir trabajando. A esto se suma que yo perdí mi brazo izquierdo, o sea que siempre me manejé con el brazo derecho. Durante la quimio, en la tercera sesión mi brazo ya colapsó, mis venas se quemaron porque no tenía el otro brazo para ir intercalando y descansar del procedimiento, gracias al Port-a-Cath (catéter) me hago la quimio, hasta hoy en día tengo las venas quemadas”, detalló.
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Señaló que cualquier paciente que pasó o tiene cáncer sabe que la vida nunca vuelve a ser normal. “Las quimios dejan rastros, dejan secuelas. Es más, yo tengo los huesos debilitados y más todavía me tengo que cuidar, ya no pude andar en el colectivo porque todos sabemos cómo es el transporte público y con una sola mano no me da para sostenerme”, contó Paula.
Mencionó que a siete años de iniciar su tratamiento oncológico existen días donde el cuerpo no responde y se encuentra más débil. “A veces no puedo caminar de los dolores de huesos que se me quedaron. Aparte que sigo con el tratamiento oncológico vía oral, que no es tan agresivo como la quimio, pero todos los días son una pastillita de quimio”, relató.
Lamentó que a pesar de esta situación la Junta Médica haya considerado que sí se encuentra apta para desarrollar actividades laborales como lo dispuso el pasado mes de octubre.
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“Me llama la Junta Médica, en donde ningún integrante tiene un nombre distintivo. Después me mira una (integrante de la junta) y me dice: '¿Cuántos años tenés?’ A lo que respondo: 52. Y me dice: ‘Ahh vos sos superjoven, vos podés seguir trabajando, entonces’”, indicó.
Agregó que esta postura carece de lógica cuando la realidad es que a los 52 años, en el país, ya no se encuentra trabajo y menos donde se exijan ciertas condiciones laborales para pacientes oncológicos.
Además, denunció que junto con la cancelación de su caja de ahorro se le privó de cobrar la pensión derechohabiente (por viudez) ya que era la única cuenta donde se le acreditaba el pago. Alegó que tener el pago de la pensión de su marido no es motivo para que se le quite su jubilación ya que también lleva muchos años aportando a la Caja de Jubilaciones.
Actualmente, Paula se encuentra en proceso de apelación, durante este tiempo se enteró que más de 40 personas menores de 60 años se encuentran en la misma situación que ella, pero que hasta el momento no se tiene ninguna respuesta de la institución.
Lo que argumenta la Junta Médica
Por su parte, la doctora Alicia Gómez Zelada, jefa de Gestión Médica Laboral del IPS, señaló que las jubilaciones no son públicas y que no tiene autorización de divulgar ningún caso en particular, por confidencialidad médico-paciente.
Sin embargo, en líneas generales, explicó que cuando los pacientes se jubilan por enfermedad pueden sufrir una reevaluación médica. “Son evaluaciones al azar y si se visualiza que la enfermedad por la cual se le jubiló a alguien ya no existe se pueden revertir las jubilaciones. Duran durante el tiempo de la enfermedad”, argumentó.
Agregó: “Una cosa es enfermedad y otra es invalidez por causa de la enfermedad, en este caso la jubilación es por enfermedad. A no ser que sean jubilaciones derivadas de secuelas de accidentes de trabajo, entonces en esos casos serían jubilaciones parciales que permiten al trabajador realizar algunas actividades laborales, esas son las únicas excepciones”.
Sostuvo que la Junta Médica esta conformada por médicos del staff que son especialistas en medicina laboral. Sin embargo, para cada estudio se solicitan los informes de los médicos tratantes de los asegurados para conocer la situación del paciente.
Indicó que la junta debe determinar en qué grado la enfermedad impide la funcionalidad de cada persona. “Entonces si no se da esa situación no reúne criterios para seguir con la jubilación”, expresó.
En tanto, mencionó que en caso de dictamen desfavorable cada paciente tiene la posibilidad de recurrir a la medida.