Sergia Verón aprendió el oficio desde muy niña de su madre Evangelista Morel de Verón. Sin embargo, recién empezó a construir los hornos de adobe ella sola cuando se casó a los 16 años.
“Desde muy niña aprendí mirando cómo hacía mi mamá y después de casarme a los 16 años empecé a hacer yo también. Uso principalmente tierra colorada para revocar, ladrillos, cascotes y botellas de vidrio rotas que hacen que el calor se distribuya y mantenga en la estructura”, expresó.
Con respecto al tatacuá que construyó en estos días, explicó que le llevó una semana de trabajo debido al tamaño.
Verón explicó que le puso una buena base, con un espacio de un metro y medio adentro. En la parte de arriba, para terminar, le colocó algunas varillas de hierro para que no se desarme la estructura. Le hizo un diseño para que salga el humo y sea decorativa.
Su emprendimiento se llama Alosinta Construcciones, en el cual se elaboran tatacuás de diferentes tamaños y los precios varían según el tamaño.
La cantidad de pedidos realizados a última hora y la incesante y copiosa lluvia que se tiene en la zona le impiden cumplir con el trabajo. La mujer indicó que debido a la situación, tuvo que reagendar los pedidos ya para fin de año.