Mujercitas, la novela escrita por Louisa May Alcott en 1868 que revolucionó los personajes femeninos, vuelve a la gran pantalla gracias a la adaptación de Greta Gerwing.
En el nuevo remake, las actrices Saoirse Ronan, Emma Watson, Florece Pugh o Eliza Scanlen se ponen en la piel de las hermanas March, Jo, Meg, Amy y Beth, que vuelven a convertirse en un referente para jóvenes de todo el mundo, y exhiben una fabulosa declinación de la moda victoriana junto a Meryl Streep y Laura Dern en el reparto.
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Jacqueline Durran, una de las diseñadoras más importantes del sector, ha sido la artífice de vestir a las famosas hermanas en esta última versión de Mujercitas que derrocha vitalidad, frescura y nuevos matices emocionales.
“Quería un diseño fuerte y auténtico, que pareciera ropa del día a día, y no disfraz, esto ayudó a que el vestuario resulte moderno”, explica Greta Gerwig en las notas de producción de la película.
Para crear el vestuario, Jacqueline Durran se inspiró en la fotografía decimonónica de Julia Margaret Cameron y en la pintura expresionista de Winslow Homer, además de dividir la película en dos partes diferenciadas: una, dentro de la casa con su atmósfera bohemia y de libertad; y la segunda, el mundo exterior, más rígido.
Durran realiza una paleta de colores para cada una de las hermanas y, a lo largo de la película, va entremezclando trozos de tela en las prendas de las hermanas con la idea de reflejar cómo heredaban la ropa.
Junto a estos dos recursos estilísticos, la diseñadora idea siluetas que definen a cada una de las mujeres. “Era importante que la imagen de cada una fuese una declaración de su personalidad, cada una tiene una visión distinta del mundo”, indica Durran en las notas.
Así Jo aparece con reflejos de rojo intenso. Es una mujer que quiere sentirse libre, que se aleja de los corsés de la época y que ansía la libertad de un hombre, mientras que Meg, más romántica, viste en tonos lilas y verdes como en un cuento de hadas medieval, en el que prima el estilo neogótico tan en boga a finales del siglo XIX.
El rosa está reservado para Beth, la más infantil. “No tuvo realmente la oportunidad de crecer y ver el mundo exterior”, detalla Durran en las notas de producción.
El azul claro es el tono de Amy, quizá por su vena artística, vive la moda con más intensidad, sus vestidos son los más especiales. Es la que vive más intensamente la moda, incluso antes de ir a Europa. “Siempre tiene un aire joven, es determinada y lista”, añade la creadora de vestuario.
Vestir a Marmee, madre de las hermanas, fue uno de los mayores retos, a lo largo del filme luce todos los colores de sus hijas, “quería que se viese una pequeña influencia de Marmee en todas las chicas”, explica la diseñadora.
La tía March, interpretada por Meryl Streep, presenta el estilo más histórico, luce moda de esencia victoriana. “Tiene un riguroso vestuario al que le falta la gran imaginación de las jovencitas” dice Durran.
En la escena del baile de debutantes se ve la moda victoriana en su máximo esplendor, no en vano la directora de vestuario ideó diferentes vestidos de fiesta en tonos pastel. La guinda, el llamativo modelo rosa que porta Emma Watson (Meg).
“Cada vestido cobra vida con la interpretación del personaje”, concluye Durran, para quien la estética de cada mujer refleja la personalidad y el espíritu libre de cada una de ellas.