Sus trabajos son muy apreciados, por la pulcritud que se percibe en los productos que elaboran. Con sus manos mágicas ponen en alto este emprendimiento en una comunidad lejana del Chaco, ubicada a la vera del río Paraguay, a unos 700 km de Asunción.
Estas mujeres buscan abrirse paso en el mercado del tejido a mano, mediante la organización. De este modo, entienden que visibilizan esta artesanía que perdura desde generaciones pasadas. Ellas quieren demostrar a las nuevas generaciones la importancia de mantener viva esta tradición, la de tejer hilos, hacer croché y aplicar técnicas como el amigurumi, la elaboración de tejidos de ao po’i, ñandutí y encaje ju (aguja).
La asociación de emprendedoras la conformaron hace dos años, durante los duros meses de la pandemia del Covid-19. Pero, desde jóvenes la mayoría practican manualidades en hilo.
“Cada una tenemos nuestras historias de cómo llegamos a aprender este tipo de artesanía”, comparte Edilsa Almada, enfermera de profesión y que aprendió la artesanía cuando era niña.
Actualmente, son 10 integrantes de la asociación. Requieren de mayor apoyo para que se conozca y se valore lo que se hace en un pueblo.