“Quiero recordarlo de la mejor manera, como a él le hubiera gustado, estoy triste pero tengo que luchar para salir adelante para que se haga justicia”, dijo a los medios de comunicación la madre de Fernando Báez Sosa, Graciela Báez Sosa, en el día de la marcha.
Al cumplirse un mes del homicidio, tanto ella como su esposo, Silvino Báez, así como la novia del joven fallecido, encabezaron un acto masivo frente al edificio del Congreso en la capital, donde vivía Báez, de 18 años, quien murió en la ciudad costera de Villa Gesell.
Conmoción nacional traducida en miles de personas
El crimen causó una gran conmoción en Argentina, donde el seguimiento del caso ha acaparado la atención mediática durante las últimas semanas.
Los acusados son un grupo de 10 jóvenes, de edades entre los 18 y los 20 años, que jugaban al rugby en el club Náutico Arsenal Zárate de la localidad bonaerense de Zárate.
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Ocho de ellos se encuentran detenidos acusados todos de ser coautores del homicidio, mientras que los dos restantes están en libertad al no haber elementos suficientes para mantenerlos en prisión preventiva
Además, se investiga la implicación de un undécimo joven.
Mientras avanza la causa en los juzgados, el encuentro porque se haga justicia tuvo lugar de manera simultánea en Buenos Aires, en diversos puntos de Argentina y en otros países, como Paraguay, de donde es originaria la familia de Báez.
Todos bajo el lema de “Justicia para Fernando”
Los padres comparecieron en el escenario colocado en la plaza visiblemente emocionados.
“Se nota, se siente, Fernando está presente”, fue uno de los cánticos de los asistentes a la marcha, quienes también gritaron contra los detenidos y los tildaron de “asesinos”.
La madre de la víctima, en su intervención, agradeció a la gente que acudió porque le dan a ella y a su esposo “energía para seguir luchando” por su hijo.
“Lo que le hicieron a mi hijo es terrible, no le dieron oportunidad de defenderse, lo mataron a traición, un chico decente, bueno, que amaba la vida, amaba a su prójimo, quería ayudar a todo el mundo”, afirmó, al tiempo que reconoció que los asesinos han “arruinado la vida” tanto de ellos dos como de todos los que querían a Báez.
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“Cuando me levanto y miro su cama tendida está esperándolo y sé que nunca volverá por culpa de lo que le hicieron; quiero justicia por mi hijo”, añadió.
En el acto se hizo un alegato por el fin de “todas las víctimas de la violencia”, toda vez que el caso ha abierto el debate sobre las diferentes formas de violencia en el país, y más en concreto por la violencia en el deporte.
Graciela confesó que tiene que ser “fuerte”, un sentimiento que también reprodujo su esposo, Silvino Báez, quien afirmó que trata de estar “lo mejor posible” para ayudar a su mujer.
“Hoy es el día para la gente buena que quiere apoyarnos en esto, estamos muy tristes hoy porque hace un mes del asesinato de mi hijo y yo no dormí ni un sueño anoche”, aseveró.
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Una de las primeras en llegar a la Plaza del Congreso fue Julieta, la que era novia de Báez al momento de su muerte, quien expresó a los medios que espera que la gente tenga “conciencia y memoria por todo lo que pasó" y que la concentración ayude a generar más conciencia alrededor del caso.
“Necesitamos gente que haga Justicia porque, si no, todo sigue igual”, insistió.
La acusación tiene “buena perspectiva” para la causa
El abogado de la familia, Fernando Burlando, conocido en el país, aseguró en declaraciones al canal TN antes del comienzo del evento que le “emociona” mucho el apoyo ciudadano y consideró que hasta el momento han “avanzado muchísimo” en la causa, sobre la que guarda “muy buena perspectiva para el futuro”.
Su próximo movimiento será pedir que los dos jóvenes liberados vuelvan a prisión.
El asesinato de Báez se produjo cuando, a la salida de una discoteca de Villa Gesell, lugar concurrido por adolescentes en las vacaciones del verano austral, recibió una violenta paliza por un grupo de jóvenes.
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Tras los golpes recibidos en la cabeza, la causa de la muerte fue un “traumatismo de cráneo”. Las cámaras de seguridad de la zona donde ocurrieron los hechos registraron la violenta golpiza que recibió Báez.
Incluso el papa Francisco llamó a la familia para interesarse por su situación, y el caso ha abierto el debate sobre la violencia y el deporte en Argentina.