AFP
BUENOS AIRES - ARGENTINA
Millares de manifestantes antiaborto, entre ellos de la Iglesia Católica, la Evangélica y organizaciones civiles, organizaron ayer marchas y caravanas en Buenos Aires y otras urbes de Argentina en rechazo al proyecto de legalización del aborto que presentó el presidente Alberto Fernández.
En Buenos Aires, después de una persistente lluvia, los activistas que se autodenominan “provida” produjeron la mayor concentración frente al Congreso, donde se prevé que la semana próxima comience el tratamiento del proyecto de ley en la Cámara de Diputados. Las marchas y caravanas se realizaron “en 500 ciudades” del país, según los organizadores.
“Es una convocatoria espontánea en la que esperamos a cientos de miles de personas del país que están a favor de las dos vidas”, dijo a la AFP el pastor Jorge Gómez, director ejecutivo de Aciera, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina, una de las organizaciones que participarán en las manifestaciones.
Carteles con lemas como "¡Salvemos las dos vidas!” y “Marcha por el niño por nacer” fueron portados por los manifestantes en todo el país.
Los organizadores informaron que respetaron todas las medidas de prevención necesarias, “con tapabocas y guardando distancia”, ante la pandemia de coronavirus.
“Es inoportuno que se trate (el proyecto de ley) en un momento de crisis sanitaria por la pandemia y cuando la sociedad argentina necesita unidad para resolver problemas estructurales como la pobreza”, explicó el pastor Gómez.
“No estamos de acuerdo en interrumpir una vida que comienza desde la concepción, somos una mayoría celeste, ya que según últimas encuestas un 70% está en contra de este proyecto de ley”, añadió en referencia al color con el que se identifica el sector que se opone a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE).
“Esta mayoría debe de ser escuchada”.
En el país de mayoría católica y donde nació el papa Francisco, es la novena vez que un proyecto para legalizar el aborto se presenta en el Parlamento.
Pero solo en una ocasión, en 2018, llegó al recinto, donde fue aprobado en Diputados pero rechazado en el Senado. Esta es la primera vez que el proyecto es enviado por el Ejecutivo.
En Argentina el aborto solo está permitido en caso de violación o peligro para la vida de la mujer, legislación que rige desde la década de 1920.
Fernández dijo que busca garantizar “que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral”. Al mismo tiempo, impulsa la creación de un “plan de los 1.000 días”, una iniciativa para fortalecer la atención integral durante el embarazo y de los hijos en los primeros años de vida.