Tenía diez años más que Mario Vargas Llosa (foto), que tenía apenas 19 cuando se casaron, en 1955. Se llamaba Julia Urquidi Illanes y era tía política del escritor. El pasado jueves 11 de marzo falleció en Santa Cruz esta cochabambina que había nacido en 1926, e inspirado una de las novelas más exitosas de Vargas Llosa: La tía Julia y el escribidor (1978). Años después, en 1983, ya separado del peruano desde 1964, la “Tía Julia” publicó el libro Lo que Varguitas no dijo, molesta con el resultado de la novela. Su libro fue tanto o más jugoso.
¿DEVELADO POR FIN EL MISTERIO DEL AUTOR DE EL LAZARILLO DE TORMES?
Desde la época del colegio, tenías que responder a la pregunta de quién fue el autor de la obra picaresca española El lazarillo de Tormes con la memorizable respuesta: Anónimo. Al parecer, dentro de poco esto tendrá que cambiar. La investigadora Mercedes Agulló publicará en breve el libro A vueltas con el autor del Lazarillo, en donde tal vez se revele por fin el misterio. Según se ha podido saber, para la investigadora no hay dudas de que el autor fue un tal Diego Hurtado de Mendoza, un conocido mecenas de la época, amigo de Baltasar Gracián y Santa Teresa de Jesús.
Agulló explicó que el descubrimiento “no es obra de un hallazgo casual, sino de la tenaz persecución de un hilo durante todo este tiempo”. Para ella, la prueba que definitivamente avala la autoría fue encontrada en “una serie de cajones y el impresionante lote de documentos acumulados”, un legajo de “correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia”.
FALLECIÓ MIGUEL DELIBES, UNO DE LOS PRINCIPALES NOVELISTAS ESPAÑOLES
Era el último de los grandes narradores de la España del siglo XX. Enterado de su muerte esta semana, Arturo Pérez Reverte se animó a decir que solo queda Marsé entre aquéllos. Tal vez tenga razón. Lo cierto es que ese hombre que hasta hace no mucho tiempo cumplía rigurosamente la rutina del paseo en bicicleta por su Valladolid natal, ha muerto el pasado viernes y se reencontrará por fin (o no, quién sabe) con sus dos compinches más importantes de generación, con quienes renovó el panorama de la novelística española del siglo pasado: Camilo José Cela y Gonzalo Torrente Ballester.
Por mi parte, miro en mi biblioteca y todavía tengo el libro, comprado hace 11 años: La sombra del ciprés es alargada, que fue la primera obra de Miguel Delibes que leí, y fue también su primera novela publicada, en 1948, cuando contaba con 28 años y escribía críticas cinematográficas y hacía caricaturas en el vallisoletano El Norte de Castilla. Una novela triste, tristísima. Un final extremadamente cursi que, sin embargo, no la arruina. Es lo que recuerdo. Leí otras después y rememoro, sobre todo, a un personaje entrañable, El Senderines, de la nouvelle La mortaja (1987).
El tema de la muerte fue, evidentemente, una obsesión para Delibes. Ahora ella se ha obsesionado con él y nos ha dejado sin el escritor. Tan inevitable como penoso, de igual manera.
BlasBrítez
Periodista
bbritez@uhora.com.py
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