“La obra de lo que será el museo está por terminar y confío en que ese lugar sería adecuado para la reliquia, ya que la feligresía podrá ver permanentemente. No obstante, el equipo sacerdotal con el obispo aún no trató el tema”, recalcó el religioso.
Por el momento, dijo que la reliquia permanecerá en el presbiterio de la Basílica. El vestigio fue obsequiado por el sacerdote italiano Romano Gambalunga, postulador general de las causas de las Carmelitas. La entrega la realizó durante la misa del domingo en Caacupé.
Al respecto, el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, expresó que el regalo fue toda una sorpresa, por lo que aún no concretaron el sitio para exhibirlo.
HISTORIA. Valenzuela comentó que la costumbre de tener una reliquia tiene su origen ya con los primeros cristianos, que eran perseguidos y arreados hasta los anfiteatros por su creencia en un solo Dios.
Los creyentes debían enfrentarse con fieras por orden del emperador. Los restos de estas personas eran llevados a las tumbas y luego de que el cuerpo fuera disecado los demás cristianos utilizaban sus huesos como reliquias. Esto, por ser una inspiración de valentía, ya que muchos aceptaban someterse a la batalla. En aquel entonces estos mártires ya eran considerados santos, según el obispo.
“Las reliquias también estaban expuestas en los altares de iglesias y los peregrinos que pasaban por allí las veneraban y deseaban ser como el mártir. Por mucho tiempo, y hasta hoy, se quiere tener una reliquia en honor a un santo para que sea una inspiración de tener la misma audacia, valentía y entrega por una causa tan importante como lo es Dios”, expresó.
En el caso de la beata paraguaya, la reliquia más admirada es su cerebro. Luego de 50 años de su fallecimiento, en 1959, durante una limpieza de sus restos encontraron que el cerebro de Chiquitunga estaba intacto. Para los médicos este hallazgo es inédito, pues aseguran que es la parte que desaparece en primer lugar tras la muerte.