El programa establece que cada pueblo indígena reciba clases en su propio idioma y en principio abarca el primer y segundo ciclo de la Escolar Básica (primero al sexto grado), alcanzando a unos 15.700 estudiantes.
Para lograr este objetivo, se elaboraron materiales bilingües que incluyen contenidos de ciencias naturales, salud y matemáticas, que fueron ilustrados por docentes, niños y líderes nativos, de acuerdo al currículum nacional.
Además, ya se iniciaron capacitaciones a docentes indígenas y no indígenas de las instituciones educativas incluidas en el plan.
La ministra de Educación, Marta Lafuente, resaltó que mediante este programa se evita que el niño indígena pierda su lengua materna y que además el idioma persista en el tiempo.
El financiamiento para el plan se ejecuta en el marco del programa Escuela Viva II, con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En principio, el MEC invirtió USD 3 millones.
La presentación del plan se realizó ayer en el local de Prodepa, con presencia de la ministra Lafuente y cooperantes de la Unicef y la OEI.
Desafíos. Para Lorenza Giménez, de la Coordinación Nacional Pastoral Indígena (Conapi), los principales desafíos que tiene el programa son la infraestructura escolar.
“Esto forma parte del plan, pero hay que tener en cuenta que las escuelas indígenas son bastante precarias”, dijo.