Esta experiencia interactiva, donde el público de Rock in Río puede ser protagonista o espectador, despliega un sinnúmero de imágenes proyectadas sobre una pantalla de 5.400 metros cuadrados, la mayor de América latina, que acompañadas de sonidos realistas transportan a los asistentes a diversos lugares en una vivencia multisensorial.
Es una instalación que cuenta con proyecciones, efectos especiales y impactos aromáticos para ayudar a estimular la mirada al futuro y conectar a las personas promoviendo la transformación.
La mezcla de arte, sonidos, olores, imágenes, luz y color hace que los espectadores puedan sentirse sumergidos entre las estrellas del universo, en lo más profundo de la selva o que el mar se acerca a mojar sus pies.
La idea es que la atracción despierte en los asistentes la voluntad de cambiar el mundo en un lugar “más bonito, empático y sustentable”, según sus organizadores.
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Quien la visita puede ser protagonista ubicándose sobre la pantalla, un espacio que también permite a los asistentes, recostarse, saltar y jugar con las diferentes texturas de este escenario donde muchos de sus objetos tienen movimiento y que le harán vivir más de cerca cada una de las sensaciones que deja esta atracción.
Los espectadores, que también se sienten inmersos en diferentes ambientes gracias al poderoso sonido que envuelve al velódromo olímpico donde se realiza el espectáculo, disfrutan de una panorámica sin igual que permite ver el conjunto de elementos que dan vida a esta experiencia futurista.
La recomendación es visitar el espectáculo de ambas formas para tener un referente completo de la atracción.
En su octava edición en Río de Janeiro, y vigésima a nivel mundial, ya que también se ha realizado en Portugal, España y Estados Unidos, la ciudad del Rock ofrece a los asistentes 17 atracciones, de las cuales seis se estrenaron este año, entre ellas NAVE.
Durante el festival, lo más de 300 shows programados se presentarán en siete días que fueron segmentados en dos partes.
La primera, que empezó el viernes, termina este domingo con el concierto de Bon Jovi, y la segunda abrirá las puertas el jueves 3 de octubre y se extenderá hasta el 6, cuando la banda británica Muse clausurará esta edición de Rock in Río.
Para este año, los organizadores esperan que 700.000 personas (100.000 diarias) visiten Rock in Río, un evento que generará unos 30.000 empleos y con el que se proyectan ingresos para la ciudad calculados en 1.700 millones de reales (USD 425 millones).