El Gobierno anunció que en el segundo semestre de este año ya comenzarán a operar los 20 buses eléctricos que llegaron recientemente desde Taiwán. Estos vehículos van a formar parte de los bienes patrimoniales del Ministerio de Obras, pero las empresas podrán competir para alquilar los buses y encargarse de operarlos. Este es un buen inicio, pero las autoridades deben avanzar con el proyecto de reforma del transporte público. Urge un nuevo sistema de movilidad, cómodo, seguro, que contamine menos y de calidad de vida al ciudadano.
Los ómnibus fueron fabricados por la empresa taiwanesa Master Bus, y cuentan con tecnología de punta, sistemas de energía limpia, alta eficiencia energética y un diseño enfocado en la comodidad de los usuarios. Las unidades estarían listas para operar en el segundo semestre de este año, confirmó Emiliano Fernández, viceministro de Transporte. Estos vehículos formarán parte de los bienes patrimoniales del MOPC, el Estado proveerá los buses que operarán en el sistema del transporte público, y las empresas privadas deberán competir para alquilarlos y encargarse de operarlos.
También el año pasado se había hecho el anuncio de que la misma empresa que hace la donación de los buses, había firmado un acuerdo para la construcción de la primera planta de fabricación y montaje de autobuses eléctricos en nuestro país; con una inversión estimada de USD 30 millones, con el potencial de crear unos 1.200 puestos de trabajo.
No caben dudas de que un proyecto como este mejoraría la calidad del transporte público, además de reducir la huella de carbono al sustituir los combustibles fósiles por energía eléctrica, sería una gran apuesta al objetivo de reducir nuestros niveles de contaminación, sin dejar de mencionar que Paraguay es un país totalmente dependiente del combustible de origen fósil.
No obstante, antes de seguir haciendo planes deberíamos reconocer que hay numerosas condiciones que deben concretarse para que nuestro país ingrese a la lista de países que cuentan con un sistema de transporte moderno. Una de esas condiciones es el proyecto de reforma proyecto de reforma del transporte público. Como sabemos, la nueva regulación apuntaría a mejorar los niveles de calidad del servicio y también regular y proteger adecuadamente los derechos y atribuciones de los usuarios.
Necesitamos con urgencia que la clase política trabaje con más responsabilidad para guiar al país al siglo XXI, una de las ventajas de avanzar es sin dudas contar con un moderno sistema de transporte y movilidad. Los buses eléctricos son un buen inicio. Pero también se debe trabajar para cambiar la mentalidad y apostar al reemplazo de los vehículos particulares de uso diario, por buses que transporten a mayor cantidad de usuarios, que sean eficientes y seguros. Asimismo, debemos imitar experiencias exitosas como el sistema denominado BTR, sistema de autobús de tránsito rápido, combinado con metro, tranvías, sistema de trenes de cercanía y largas distancias y bicisendas.
Para que todo esto sea posible se necesitará mucho trabajo, mucho compromiso y mucha transparencia. Precisamente una de las grandes objeciones que surgieron hace referencia al pésimo estado de las calles y avenidas de nuestras ciudades, iniciando la crítica precisamente por la capital del país. Nada de este ambicioso proyecto será posible si no se logra la total colaboración de parte de los municipios, pues este nuevo sistema de transporte público moderno, renovado y ecológico requiere que las calles estén en condiciones para que los buses eléctricos puedan circular.
Los ciudadanos merecen un servicio eficiente, por eso se debe cambiar el actual sistema arcaico, los buses chatarra y las reguladas. Los ciudadanos merecen calidad de vida.