Juan José Brull
ÑEEMBUCÚ
La ausencia de lluvias en Ñeembucú, preocupa al sector de la producción. En el extremo sur, en los distritos de Humaitá, Paso de Patria, General Díaz y Mayor Martínez, la ausencia de lluvia se siente con intensidad, refirió Guillermo Souto. Estas variaciones del clima causan desazón en los lugareños. Cultivos para consumo familiar ya están perdidos, indicaron.
La aparición de fenómenos climáticos de gran intensidad no dejó ni dejan de azotar a los campos de Ñeembucú. Este departamento no escapa de esta disyuntiva. El año pasado se destacó por ser lluvioso los últimos meses y con las consecuencias de las crecidas de los ríos.
Este año es a la inversa gran bajante de los ríos, escasez de lluvias. La ausencia de precipitaciones de importancia acelera el estiaje y la sequía en la zona.
SEQUÍA IMPLACABLE. Todos los arroyos, riachos y lagunas se están quedando sin caudal hídrico. Sumado a una semana de temperaturas muy altas, que superan los 40 grados.
De continuar este panorama la producción agrícola, pasturas y la ganadería se verán muy comprometidas.
El panorama es extremadamente crítico, para el productor que no tomó las medidas para enfrentar este fenómeno climático adverso. Las fuertes heladas del año pasado que se dieron en toda la zona sin dudas dejaron secuelas negativas para los productores, pérdidas en cultivos, pasturas naturales e implantadas.
La verdadera dimensión del impacto se irá sintiendo en forma escalonada de no darse las ansiadas lluvias. El tiempo para las heladas corre desde mediados de mayo a fines de agosto de cada año. Para las economías de los productores se agrava, si se producen más allá de esas fechas son muy perjudiciales para los cultivos.
INCENDIOS. Otro factor negativo se está dando con los grandes incendios que causan estragos en los campos. Miles de hectáreas fueron consumidas por las llamas en estos últimos días en el duodécimo departamento, con cuantiosas pérdidas para el ámbito ambiental, asimismo las consiguientes pérdidas de animales que fueron presas de las llamas.
Los técnicos señalan que la espera está puesta en el mes de marzo, momento que ya retornarían las precipitaciones y pueda darse la resiembra y el brote del pasto. Pero, actualmente el campo ya está sufriendo ante la escasez de las lluvias.