–¿Qué piensa sobre las negociaciones en relación con la revisión del Anexo C cuando quedan menos de tres meses de plazo para definirlo?
–Clandestinidad en las estrategias y, por efecto, la falta debate con sectores estratégicos es lo que caracteriza esta negociación.
La negociación está siendo guiada por intereses externos, en contra del interés nacional: intereses corporativos del sector financiero, privatizador de la energía y del contrabando y narcotráfico.
–¿Cuál es la intención del Gobierno paraguayo?
–Por otro lado, el Gobierno impulsa una confusa propaganda que debió manejarse de mejor manera, pero que tiene la intencionalidad de esconder la realidad y tergiversar los hechos, como lo hicieron con la tarifa alcanzada.
Estos aspectos nos dicen, primero, que los tiempos son cortos para lograr buenos pasos con la revisión al fin de este año, y, por otro lado, que hay una necesidad de acercamiento del Gobierno a todos los sectores, si no hay elementos que esconder, para una mejor comunicación al finalizar las negociaciones.
Pero vemos los pasos contrarios: Secretismo, falta de estrategia y priorización de intereses personales y corporativos, lo cual no genera confianza.
–¿Por qué el Poder Ejecutivo no informa al menos mínimamente sobre las negociaciones con Brasil que deben cerrarse a lo sumo el 31 de diciembre (hablan de prudencia como estrategia)?
–El secretismo es siempre sinónimo de intereses ocultos. Hay una agenda de intereses corporativos del sector financiero, privatizador de la energía y del contrabando y narcotráfico que guían la verdadera agenda de negociación.
No es el interés nacional, y por ello no se informa.
–¿Es cierto que el Ejecutivo no tiene la obligación de informar porque las relaciones exteriores son su función exclusiva, y qué pasa con el Congreso que deberá aprobar una eventual nota reversal?
–Lo ideal es que la estrategia se haga pública. El pueblo es el soberano, como dice el artículo 2 de la Constitución.
Toda teoría de negociación muestra que la participación ciudadana es favorable al país en negociaciones asimétricas como esta. No hacerlo es un contrasentido al interés nacional.
Se supone que el sector dominante en el congreso (porque trabaja en un solo sentido en las cuestiones importantes, generalmente) estará dispuesto a aceptar lo que resulte con el equipo principal en negociación, difícilmente puedan sentar acuerdos, resultante del secretismo, a la ciudadanía, tratándose de acuerdos que quedarán, probablemente por décadas más, como un nuevo comienzo.
–¿Cuál es el pronóstico ante el silencio en las negociaciones?
–Ningún escenario favorable al país. El secretismo es siempre sinónimo de intereses ocultos.
La agenda de intereses corporativos del sector financiero, privatizador de la energía y del contrabando y narcotráfico que guían la verdadera agenda de negociación no genera confianza.
Teniendo en cuenta los tiempos, se puede presumir como escenario 1 que no se llegará aún a ningún acuerdo para este año; y, como segundo escenario, podría ser que ya los acuerdos estuvieron pactados ya en el anterior semestre y solo faltan cosas por divulgar, que se darán en alguna propaganda quizá hasta engañosa del gobierno.