Amanece y un olor fétido inunda el barrio. Un enjambre de moscas sobrevuelan la zona y el peligro ronda el corazón de cada habitante esperando que no se produzca ninguna fuga de amoníaco. El infierno no solo se vive dentro, sino también en los alrededores. Es un día más en el barrio Tablada, Asunción.
Esta zona se ha caracterizado desde hace tiempo por las constantes denuncias ciudadanas contra varios frigoríficos que no cumplen con las leyes ambientales. Pero sus clamores no son escuchados hasta hoy. La Municipalidad de Asunción y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) se lavan las manos constantemente, pese a las promesas de sumarios e intervenciones.
Los vecinos denuncian constantemente el vertido nauseabundo de líquidos en plena vía pública sin recibir respuestas.
En el área, el arroyo Mburicaó es uno de los cauces más castigados en la capital por estos desechos.
Las dos instituciones encargadas de velar que las personas situadas en los alrededores tengan un mínimo de calidad de vida hacen la vista gorda a esta lamentable situación, donde el olor a muerte de animales es una constante y el peligro recrudece a medida que pasa el tiempo.
Con la promesa hecha por la Municipalidad de Asunción al anunciar su “Plan Maestro de la Franja Costera” de la capital, que contempla que los frigoríficos ya no deben funcionar como mataderos, sino que en estos lugares se debe hacer solo el último proceso de producción –que incluye empaquetamiento y venta– debido a que los mataderos serían los principales contaminantes de la zona costera, volvieron las esperanzas de los pobladores.
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“Escuchar que las industrias se van a ir es algo tan difícil de que sea una realidad, pero la verdad es que hay una esperanza y el hecho de que ya lo dijo el intendente es algo increíble, porque realmente como familia estuvimos esperando este momento”, expresó Juana Argüello, una de las pocas vecinas que se animan a denunciar públicamente y que está hace más de 15 años en la zona de Tablada. Mencionó que la gran mayoría de los vecinos vive con miedo a represalias.
“Hicimos varias denuncias a la municipalidad, pero no nos hacen caso, parece que hay otro transfondo”, deslizó.
Deben salir
“No deberían continuar allí los frigoríficos”, expresó tajante el arquitecto Javier Corvalán, consultor a cargo de la actualización del Plan durante la audiencia pública realizada el mes pasado. “Esos frigoríficos deben mutar de actividad, porque como matadero son unos de los principales contaminantes”, sostuvo a renglón seguido.
Algunos concejales de Asunción celebraron esta medida y hasta el propio intendente de Asunción confirmó la iniciativa. “Los frigoríficos se van. El plan maestro está en la junta e hicimos audiencia pública para presentar. Nosotros queríamos agilizar para que todos participen”, dijo Nenecho.
“Para lograr esto es necesario establecer reglas claras y hacerlas cumplir”, respondió el concejal Álvaro Grau. El edil, junto a su colega Augusto Wagner fueron propulsores de una minuta donde se solicitaba y se encomendaba a la municipalidad con acompañamiento del Mades la auditoría de todas las documentaciones con que cuentan los frigoríficos de la zona de Tablada.
A pesar de las promesas, cual campaña electoral, hacia la misma gente de la zona, los sumarios a las industrias situadas en zona poblacional siguen durmiendo “el sueño de los justos” en los cajones de las instituciones, y los vecinos aguardan expectantes que estas cumplan su rol de una buena vez.