“Rechazo de plano las condiciones de rendición de los monstruos de Hamás”, afirmó Netanyahu en un video difundido por su oficina, en una aparente respuesta a las informaciones surgidas hoy sobre una nueva propuesta de acuerdo mediada por Catar y Egipto.
Según Netanyahu, a cambio de la liberación de todos los rehenes, Hamás exige “el fin de la guerra”, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, la liberación de “todos los asesinos y violadores de Nuhkba” (fuerza de élite del ala militar de Hamás) y dejar a Hamás intacto.
Frente a la negativa rotunda de Netanyahu, algunas de las familias de los secuestrados marcharon esta noche hacia la residencia del primer ministro israelí, en el barrio de Rehavia en Jerusalén, donde decidieron acampar a modo de protesta.
“Mi hija no solo murió, sino que murió bajo vuestra supervisión”, dijo ante los medios y manifestantes Orrin Gantz, la madre de la joven Eden Zacharia, secuestrada y muerta en cautiverio a los 28 años.
Para Netanyahu, un alto al fuego ahora significaría en el futuro “otro 7 de octubre”, según dijo en su discurso, en referencia al brutal ataque de Hamás en suelo israelí, que dejó más de 1.200 muertos y 240 secuestrados.
Se estima que unas 136 personas continúan cautivas en Gaza desde ese día, si bien al menos 27 de ellas ya estarían muertas, algunas por fuego israelí, según las últimas informaciones oficiales y vídeos propagandísticos distribuidos por Hamás en Telegram.
Ya la noche del día 19, viernes pasado, algunos familiares acamparon frente a la segunda residencia de Netanyahu, en la ciudad israelí de Cesarea, donde el mandatario suele pasar fines de semana. Estas protestas llegan precedidas por manifestaciones multitudinarias por todo el país que le piden priorizar el rescate de rehenes.
El diario estadounidense The Wall Street Journal publicó hoy en exclusiva que Catar y Egipto han presentado a Israel y Hamás una propuesta de alto el fuego en tres fases, que durarían unos 90 días, para poner fin definitivo al conflicto, citando fuentes de seguridad de varias partes implicadas.
El plan de 90 días propone un alto el fuego duradero durante el que Hamás liberaría a todos los rehenes civiles, mientras que Israel excarcelaría a cientos de presos palestinos, se retiraría de las ciudades gazatíes, permitiría libertad de movimiento en el enclave, pondría fin al uso de drones y duplicaría la cantidad de ayuda que permite entrar.