El anuncio ocurrió mientras miles de israelíes rodeaban el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv para exigir a Netanyahu que no viajara antes de sellar un acuerdo de tregua que permita la liberación de los 116 rehenes –de los cuales al menos 42 han muerto– que siguen cautivos.
“¿No hay acuerdo? ¡No hay vuelo!”, rezaban las pancartas que los manifestantes colocaron en las puertas de la terminal aérea. “¡Las vidas de nuestros hermanos y hermanas que mueren en Gaza dependen del acuerdo. ¡Deje de boicotearlo!”, clamó un colectivo de soldados israelíes que se unió a la protesta.
Mientras tanto, Netanyahu mantenía “un debate en profundidad sobre la cuestión de los secuestrados con el equipo de negociación y altos funcionarios de seguridad” y ordenó que una delegación esté lista para viajar el pasado jueves, informó su oficina.
La noche del sábado último, en otra manifestación en Tel Aviv, el ex embajador de Estados Unidos en Israel Thomas Nides pidió a Netanyahu que durante el discurso que planea dar ante el Congreso estadounidense exprese apoyo a la propuesta de acuerdo planteada en mayo por el presidente Joe Biden, base sobre la que negocian los mediadores y que contempla una tregua en varias fases que culminaría con el cese definitivo de las hostilidades.
Las últimas conversaciones indirectas entre Israel y Hamás tuvieron lugar hace un par de semanas en Doha y El Cairo, con señales positivas de que un acuerdo estaba cerca, pero a última hora Netanyahu añadió exigencias que bloquearon de nuevo el diálogo, como el control israelí del corredor Filadelfia –la frontera de la Franja con Egipto– y el cruce de Rafah.
En su viaje, Netanyahu prevé reunirse con Biden, en medio de una crispación de las relaciones, a pesar de que Estados Unidos es el principal socio y proveedor de armas de Israel.
El presidente Biden reprocha al primer ministro israelí la dureza de su ofensiva militar en Gaza, donde ya suman casi 39.000 los muertos, 90.000 los heridos y 1,9 millones de desplazados desde que estalló la guerra el 7 de octubre.