“La voz de la sangre de nuestros seres queridos nos clama desde la tierra. Nos obliga a llegar a un acuerdo con los viles asesinos, y les haremos rendir cuentas”, dijo Netanyahu en un videomensaje distribuido por su oficina poco después de que se confirmara que la identidad de uno de los cuerpos es la del ex rehén israelí Oded Lifshitz, secuestrado con 83 años.
“Todos sufrimos un dolor mezclado con rabia. Todos estamos furiosos contra los monstruos de Hamás”, afirma el presidente en su mensaje, añadiendo que este jueves “todos los hogares de Israel inclinan la cabeza” por “la gran pérdida de nuestros cuatro rehenes”.
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Para Netanyahu, los cuatro ataúdes obligan, “más que nunca a prometer, a jurar, que lo que ocurrió el 7 de octubre no volverá a ocurrir”. “Devolveremos a todos nuestros rehenes, destruiremos a los asesinos, eliminaremos a Hamás y juntos, con la ayuda de Dios, aseguraremos nuestra existencia”, finalizó diciendo.
Está previsto que en las próximas horas, o incluso días según el estado de los cuerpos, sean también identificados los restos mortales de los otros tres cuerpos entregados, que Hamás atribuye la familia de orígenes argentinos Bibas: la madre Shiri, y sus dos hijos, Ariel y Kfir, capturados también en Nir Oz cuando tenían tan solo 4 años y 9 meses de edad, respectivamente.
Se trata de la primera entrega de cadáveres de rehenes de la tregua alcanzada el pasado 19 de febrero entre Hamás e Israel, a cambio de los que el sábado Israel tiene previsto liberar a un número aún desconocido de presos palestinos, una vez que Hamás libere a seis rehenes vivos.
La entrega se produjo en una explanada en el sur de la Franja de Gaza, sobre un escenario donde los milicianos palestinos colocaron los cuatro ataúdes negros con las fotos de los rehenes, con el fondo de un cartel que decía: “El criminal de guerra (Benjamín) Netanyahu y su armada nazi les mataron con misiles desde aviones sionistas” junto a una imagen del presidente israelí caricaturizado con colmillos y manchas de sangre.
Fuente: EFE.