02 abr. 2025

Ni con estética stronista

Desoyendo las denuncias graves de corrupción ante la escandalosa sobrefacturación, y apelando a la política de los hechos consumados, el Gobierno comenzó el domingo 23 el reparto de los “pupitres de oro” adquiridos por la Itaipú. Quizá apuró la tarea por miedo a la intervención de la “valiente” Fiscalía para frenar la licitación.
Las fotos inundaron las redes de los oficialistas. Pretendían con ello un golpe de efecto ante el inicio de la movilización de los sectores sociales y políticos.

Marzo es paraguayo y es sinónimo de protestas sociales con probables crisis políticas. El bautismo de la fecha política fue 1999 que acabó con asesinatos y la caída del gobierno oviedista. En el 2017, una movilización similar frenaba el sueño reeleccionista del presidente Horacio Cartes, tras el asesinato del joven liberal Rodrigo Quintana a manos del Estado.

Por eso, marzo inquieta.

A un año y medio de su gestión, Santiago Peña empieza a sentir el pulso de la calle. Esa que puede callar mucho tiempo, pero cuando se agita, genera nerviosismo.

icono whatsappRecibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsApp

El lunes, la Red de Indignación Ciudadana salió a las calles. Adultos mayores sin jubilación, enfermos sin medicamentos, trabajadores y otros movimientos formaron parte de casi cien organizaciones que salieron a protestar en varios puntos del país contra las políticas antipopulares y los privilegios del gobierno de Peña.

El martes 25 fue el día más esperado. La expectativa de la movilización de los partidos de oposición se centraba en la cantidad de adherentes, ya que las cúpulas partidarias lograron un inédito consenso. Ante una masiva concurrencia y bajo el lema “Unidos por el Paraguay”, los principales líderes dejaron su mensaje: el Gobierno representa la corrupción, el narcotráfico, y está manejado por las mafias, en medio de la desconexión de los problemas sociales más acuciantes. Allí estuvieron Miguel Prieto (independiente), Ricardo Estigarribia (PLRA), Kattya González (PEN), Rocío Vallejo (PPQ), Esperanza Martínez (izquierda) y jóvenes líderes. Más allá del acto en sí, quedó en el aire el optimismo y la ilusión de una oposición unida. Si la movilización fue el punto de partida, ¿será el punto de encuentro de una nueva concertación?

La semana cerró con la tradicional marcha de la Federación Nacional Campesina. Una más como hace más de tres décadas donde el reclamo principal es la reforma agraria. La dirigencia emitió duros cuestionamientos contra la corrupción y cuestionó el veloz enriquecimiento de Peña que “en dos años, de vivir en alquiler, ahora es multimillonario”.

AL ESTILO STRONISTA. En una semana cargada de reclamos sociales, la propaganda del Gobierno insistía en sus redes políticas y sociales sobre los pupitres de oro. Como toda propaganda es exagerada y sobreactuada, aparecieron grotescos videos de autobombo con reminiscencias stronistas.

“¡Gracias al señor presidente Santiago Peña por las sillas…!”, cantaban en tono artificial niños de Itakyry, Alto Paraná. La Dirección de Educación de la región compartió en sus redes el video que tuvieron que retirar ante las furiosas críticas.

No quedó atrás el vicepresidente Pedro Alliana, salpicado, junto al director de Itaipú, Justo Zacarías, con el negocio de los pupitres chinos.

En el Centro Regional de Educación de su natal, Pilar, hizo un espectáculo con los mobiliarios entregados a los niños. Al grito y aplausos de “¡Vicepresidente”!, “¡Vicepresidente!”, se lo ve ingresando al aula, saludando a los alumnos del quinto grado. En su red social X aparece otro video donde los estudiantes lo saludan efusivamente. “Yo quiero ser como vos”, le dice uno, mientras le da un apretón de manos.

Un peldaño más abajo fue el senador ovetense Silvio Ovelar. En Facebook publicó su presencia en una humilde escuela. Allí, escudado por la directora y el intendente, se dirige en guaraní a una niña, a quien sienta en el pupitre y le empieza a indicar el libreto para que elogie la silla y el almuerzo escolar. La niña, entre tímida y avergonzada, emite palabras entrecortadas en guaraní. Comprendiendo el contexto que la obliga a ser agradecida, describe el menú. Ovelar condimenta la conversación señalando la importancia del programa Hambre Cero. En el Senado metió aún más la pata. Alardeó sobre las bondades de la alimentación contando que un escolar comparte “a escondidas” su plato con sus hermanitos y algunos senadores le aclararon que no hay nada digno en una actitud mendicante de niños pobres extremos.

Estos episodios solo lograron encender aún más la indignación por el uso político de la niñez y de la pobreza. El partido de Gobierno haciendo alarde de los logros que tardaron 70 años de gestión del mismo partido en el gobierno.

Quizá para rebajar algo de la crítica, el Ministerio de Desarrollo Social se vio obligado a suspender temporal y sorpresivamente el kure caldo del menú escolar, alegando satanización.

POBREZA. El Gobierno usó todas sus baterías buscando, infructuosamente, sacarse de encima la sospecha del negociado de los pupitres de oro, con el inadmisible abandono a la industria nacional. Como si fuera poco, se supo también que el programa Hambre Cero da la espalda a los agricultores nacionales, porque las proveedoras importan el 90% de frutas y verduras.

Buscando cerrar una semana con buenas noticias, Peña anunció la reducción de la pobreza: 270.000 pobres menos. Una cifra que apenas dicha empieza a ser discutida y rebatida por varios analistas. Más allá de los dígitos, el presidente sabe que si no corrige rumbos, su palabra se devaluará cada vez más y no habrá coros de niños que lograrán emanciparlo.

Más contenido de esta sección