Hace poco más de dos años, en setiembre de 2012, Liz fue la primera en realizarse la intervención quirúrgica de alta complejidad en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Lejos de haber decaído por las dificultades, hoy día, la pequeña nuevamente asombra con sus logros.
En una muestra más de su perseverancia, Liz es un ejemplo de que no importa lo que se perdió sino lo que viene por delante, los nuevos desafíos y la esperanza de vida. Ella tiene nueve años y debido a la afección cardiaca que sufría, había perdido dos periodos escolares. Sin embargo, ahora pasó al segundo grado, con las mejores calificaciones, en la escuela Mariscal José Félix Estigarribia, de San Lorenzo.
Su abuela, Doña Rufina, comentó que asiste a clases regularmente, incluyendo a las de Educación Física. Además, participa del refuerzo escolar en el aula hospitalaria del Acosta Ñu y acude a sus controles médicos en tiempo y forma.
Por su esfuerzo, dedicación y ejemplo, en nombre de todo el plantel médico del hospital de niños, su director, Pio Alfieri, le entregó obsequios este martes. El momento más emotivo se vivió cuando el médico le puso su nueva corona, nombrándola “Princesita del Pediátrico”.