05 may. 2025

Niños que viven en la calle ahora duermen abrigados

A través de dos programas la Secretaría de la Niñez busca paliar el grave problema de los niños que viven y trabajan en la calle. Hace 2 semanas la institución abrió un refugio para que no duerman en la intemperie.

niños que viven en la calle

PDF. VEA LA PUBLICACIÓN IMPRESA

***

Por Ma. José Centurión | mjcenturion@uhora.com.py

El frío no se siente hasta los huesos como otros días. Pero hay viento fresco. Son las 19, hora pico en Asunción: la gente sale del trabajo y el tránsito está congestionado. Se escuchan bocinazos despiadados de conductores de autos dirigidos a los choferes de colectivos que conducen como si no existieran reglas.

Mientras esto pasa hay personas que sólo piensan en dónde pasarán la noche, algún lugar que les cubra del frío. Es que desde hace semanas, meses, o en muchos casos, años perdieron vínculo con sus familias por diversos motivos (principalmente maltrato físico, psicológico o sexual). Dentro de esa población están unos 40 niños que viven en las calles, en la gran Asunción.

En la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia (SNNA) los educadores de calle (del programa Abrazo y el de Atención y Protección Integral a niños que viven en calles (PAINAC) planean la metodología que aplicarán esa noche para hacer el recorrido por la ciudad para evitar que los chicos pasen la noche tiritando de frío en una plaza, estación de servicio o debajo del puente.

El equipo de la noche del primer programa, el de Abrazo, hace la recorrida de 19 a 00. Se encarga de hacer seguimiento de los niños que trabajan en calle, pero que aún tienen vínculos con su familia, aquellos que todos los días vuelven a su casa para dormir. “Lo que hacemos en las recorridas es asegurarnos de que los niños no estén trabajando hasta muy altas horas y si no tienen como volver a su casa le acercamos”, cuenta Sebastián, educador de Abrazo.

Por otro lado, el grupo de la noche de PAINAC trabaja exclusivamente con los chicos que viven en las calles, que ya no tienen contacto con su familia, en recorridas desde las 19.00 hasta las 7.00 y buscan asegurarse de que ningún niño pase la noche afuera. Los llevan al Centro del SNNA El Refugio, ubicado dentro del predio de Santa Teresita, frente a la Justicia Electoral. En el lugar los chicos reciben cena, sábana, frazada y televisión. Hasta el viernes último El Refugio albergaba a 30 chicos en situación de calle.

“En el centro hay reglas. Allí los chicos tienen prohibido drogarse y tener sexo; y tienen que obedecer a los educadores”, explica Christian.

Las recorridas nocturnas iniciaron el pasado 1 de junio. Ese día la Secretaría de la Niñez habilitó la línea (0992) 247-416 para que la ciudadanía avise si ve a un niño durmiendo en la calle.

El mismo sistema también se implementa en Ciudad del Este.

Encima de la mesa de planeamiento de los educadores está el teléfono con la línea habilitada donde la gente llama a hacer sus denuncias. No para de sonar. Christian Ávalos, el responsable de la guardia nocturna de PAINAC, atiende los llamados.

Las primeras dos de la noche avisan de niños supuestamente durmiendo en Kubitschek y Mariscal López; y la otra, en una construcción frente a la cooperativa Medalla Milagrosa de San Lorenzo.

En la primera dirección había niños trabajando, no durmiendo. Los educadores de Abrazo se bajaron del móvil, ya que correspondía a su población foco. Allí estaba José, un niño de 11 años que todos los días a las 7.00 se convierte en malabarista, él es del barrio San Felipe, de la zona del Parque Caballero. El pequeño permanece en esta esquina hasta que su mamá pase a buscarlo, alrededor de las 10.

La segunda denuncia es falsa, o se llegó tarde. La construcción está vacía. Christian pide al conductor que se dirija al viaducto de Calle Última, le avisaron que una niña está durmiendo debajo del puente. Es una adolescente de 16. La convencen para llevarla al Refugio. Al comienzo se resiste, pero luego afloja y sube al móvil.

Este invierno será diferente para los chicos que viven en calle. Dormirán encima de colchones, ya no sobre la vereda. Se taparán con frazadas y no con diarios.

EL REFUGIO

Gisella (16) está acostada entre los 30 niños, niñas y adolescentes que duermen en El Refugio (en el día más frío de la semana, estuvieron en el albergue 40).

La mayoría de los chicos forma parte de la población que vive en la Plaza de las Américas.

La adolescente acaba de cenar al igual que sus compañeros y se disponen a ver una telenovela “Acá no pasamos frío. El año pasado dormíamos en la plaza o en la estación de servicio nos tapábamos con nuestra remera. Nos congelábamos”, rememora la pequeña. En la pieza está un educador que se encarga de mantener el orden.