Un equipo de científicos ha utilizado las mediciones de satélites alemanes de la NASA para determinar que entre 2015 y 2023 la cantidad media de agua dulce almacenada en la Tierra, que incluye lagos, ríos y el agua de acuíferos, era 290 millas cúbicas (1.200 km cúbicos) inferior a los niveles medios de 2002 a 2014.
En épocas de sequía, apunta el estudio, “las granjas y las ciudades dependen más de las aguas subterráneas, lo que puede conducir a un ciclo de disminución de las reservas de agua subterránea: las reservas de agua dulce se agotan, la lluvia y la nieve no consiguen reponerlas y se bombea más agua subterránea”.
El último informe de la ONU sobre estrés hídrico, publicado este año, señaló que la reducción del agua disponible “pone a prueba” a agricultores y a la población en general, pudiendo desarrollar episodios de hambrunas, pobreza y conflictos y facilitando que aumenten las infecciones por beber agua contaminada.
La NASA precisó que 13 de las 30 sequías más intensas del mundo se produjeron desde enero de 2015.
Visto que el descenso de agua dulce en el planeta coincide con los nueve años más cálidos de la historia moderna, los científicos vigilan si los niveles de agua dulce recuperarán los valores anteriores a 2015 o seguirán descendiendo, aunque temen que esta caída pueda ser un presagio de lo que está por llegar.
Fuente: EFE.