Por Wilson Ferreira | CIUDAD DEL ESTE
Mons. Rogelio Livieres Plano, obispo de la Diócesis de Ciudad del Este, finalmente dijo ayer que no habló, ni hablará con Mons. Pastor Cuquejo. Señaló que el único compromiso que asumió con el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), Mons. Claudio Giménez, es dejar todo donde está. Llamarse a silencio, no volver a decir más de lo que ya dijo. Negó que vaya a pedir disculpas y defendió el trabajo del padre Carlos Urrutigoity.
–¿Asumió algún compromiso para superar sus diferencias con monseñor Pastor Cuquejo?
–Yo le prometí a Mons. Giménez, y vengo cumpliendo, escrupulosamente no agregar más leña al fuego. No decir más cosas de las que ya había dicho, no aumentar la disensión, sino que mantenerme dentro de ella. Esto está dentro de los límites (al referirse a la entrevista) y podemos nosotros hablar con toda tranquilidad. Yo quiero decir que el caso de Mons. Cuquejo es un caso paradigmático, ejemplar. Desde hace mucho tiempo, la Iglesia sufre mucho por la corrupción y por la falta de claridad y el Papa actual, Francisco, lucha en Roma denodadamente contra este tema. Nosotros creemos que la Iglesia tiene que ser luchadora, empedernida contra la corrupción interna que todas las sociedades tienen, pero que la Iglesia es natural que no tenga y además tenemos que manifestar con claridad lo que ocurre. Por ejemplo, un señor hace un delito, se lo pone en exposición; un señor que es eclesiástico, y hace un delito, se lo esconde. Eso no es algo de hace de 10 años o 20, sino de siglos, ya conformó toda una mentalidad.
–¿Y en este contexto surgió la necesidad suya de contar lo de Pastor Cuquejo?
–Lo de Pastor Cuquejo ya lo sabía hace 5 años. De todas maneras, por esa mentalidad cerré el pico y así estuve durante años. Todos hicimos lo mismo, todos los que conocíamos, y llegó el momento de defender a una persona muy querida por mí, porque es mi mano derecha, el padre Carlos Urrutigoity. Entonces dije: “tengo que decirlo”, porque vos no podés tirar piedras al vecino cuando tu casa es de vidrio. La intención era llamarle la atención y decirle ¡basta! No sigas con esta historia. Yo no voy a seguir con esta historia, no quiero seguir, no quiero profundizar y abundar en detalles. No quiero hablar de otras personas que están involucradas en este caso, que son varias y que son una vergüenza para todos, vamos a manejarnos simplemente con el tema fundamental.
–En cuanto al momento que vive la Iglesia a partir de este episodio, ¿qué reflexión hace?
–Tenemos que acostumbrarnos a tratarnos a todos por iguales que somos. No distinguir entre laicos y clérigos. Un laico hace algo que está mal y se le señala, un clérigo hace algo que está mal y se le señala; hay que llevar a juicio a uno y otro, tiene que ir igual, absolutamente, no podemos ser una casta que vive al margen de la humanidad porque se pudre sencillamente. Eso que pasó con la cantidad de sacerdotes que tienen problemas. Esto es un trabajo que va a ser difícil, porque lleva siglos. Yo también tengo defectos, no pretendo ser una persona perfecta. La lección es que tenemos que seguir adelante, en la lucha contra la corrupción en la Iglesia.
–¿No es cierto que usted vaya a pedir disculpas a Cuquejo?
–Nunca dije semejante cosa. Me dijo mi tío Jorge Livieres, tiene 85 años, me llamó a pedirme que me ponga de acuerdo con Cuquejo, porque no podemos causar daño a nuestra Iglesia pobre tan necesitada. Yo le dije, “por supuesto Toto, dejá de preocuparte que yo voy a hablar con Cuquejo”. No pienso hablar. Seguro vamos a ser citados los dos a la Santa Sede, no hablé ni pienso hablar. El pacto que yo tengo con el presidente de la Conferencia Episcopal, Claudio Giménez, es que no agregaré más leña al fuego. Nosotros no somos dignos de acusarnos, ni de defendernos en un juicio, eso lo juzgará la Santa Sede. Veremos si quiere o no quiere. Puede dejarlo pasar.
–¿Serán citados por la Santa Sede?
–Seguramente, no ciertamente, pero es probable que seamos citados. No allá, sino acá, en la Nunciatura.
–¿Y cómo queda lo que pidió Cuquejo, eso que lo molestó a usted?
–Él pidió una investigación porque él es el metropolitano, es el que preside nuestra Provincia Eclesiástica, y Ciudad del Este es parte de la Arquidiócesis. Él pidió, pero lo hizo muy mal. Él tendría que manifestar sus preocupaciones a mí, no al periodismo en general. Porque allí adquirió volumen universal un problema inexistente, porque fue sobreseído dos veces (Carlos Urrutigoity).