26 abr. 2025

“No buscamos venganza, solamente queremos justicia para Fernando”

Dolor. Familiares del joven asesinado en Argentina hablan del duro momento que atraviesan. Apoyo. Desde Carapeguá, un grupo irá a Buenos Aires para presenciar la sentencia del juicio.

La mañana del sábado 18 de enero de 2020 arrancó tranquila para Inocencio Sosa, quien se alistaba para ir a una reunión, cuando sonó su teléfono celular y esa llamada le cambió todos los planes. Le avisaron, sin muchos rodeos, que su sobrino y ahijado Fernando Báez Sosa fue asesinado por una turba, en una ciudad veraniega de Argentina.

No hubo lugar para dudas. Unas horas después, ya abordaba un avión que lo llevó hasta Buenos Aires para acompañar a su hermana Graciela y a su compadre Silvino, en uno de los momentos más dolorosos que les tocó atravesar como familia.

“Antes de que el cuerpo de mi sobrino llegue a la funeraria, yo ya estaba allí. Le toqué, le palpé y estaba totalmente destrozado. Los asesinos fueron crueles y cobardes porque hasta hoy día no asumen su responsabilidad tratando de zafar de la Justicia. Nosotros (la familia) no buscamos venganza, solo queremos justicia para Fernando”, dijo sin poder contener la emoción.

"No buscamos venganza, solamente queremos justicia para Fernando" - ÚH

Inocencio y su esposa Gladys son los padrinos de Fernando, por lo que acompañaron muy de cerca su crecimiento, ya sea visitándolo en Argentina o las veces que Fernando y sus padres venían a Paraguay, por lo que la relación era muy estrecha.

El hombre lo tiene claro: No quiere ver la cara de los ocho acusados por el crimen, ni siquiera cuando sus caras aparecen en la televisión. “He tomado una posición que no quiero conocerles, no les quiero guardar en mi memoria. Me quiero quedar con la figura elegante de Fernando”, agregó.

Los padrinos del joven fallecido viven en la ciudad de Carapeguá y se dedican a la venta de materia prima para artículos de artesanía. Se preparan para ir a Argentina para seguir de cerca los últimos días del juicio y acompañar a los padres del joven fallecido.

Graciela, la madre de Fernando, es oriunda de Tajy Loma, ubicada a unos 11 kilómetros de la ciudad de Carapeguá.

En el año 1995 fue con un familiar a conocer Buenos Aires, Argentina y ahí se conoció con Silvino Báez, también carapegüeño de origen, que había ido a Argentina a buscar un futuro mejor.

Vinieron a Carapeguá para casarse y luego fueron a empezar una nueva vida en Buenos Aires.

UN BEBÉ MUY BUSCADO. Mariela Sosa, sobrina de la madre de Fernando, recuerda que él fue muy buscado, ya que al principio la pareja no podía concebir. “Al poco tiempo de nacer ya vino a Paraguay. Acá le festejamos su primer año de vida”, recuerda la mujer, que compartió varias travesuras y juegos con Fernando en las vacaciones que pasaron juntos en Tajy Loma, en la casa de sus abuelos Bernardo y Avelina, hoy, ya fallecidos.

Los tíos, primos y otros familiares de Fernando se reúnen cada seis meses en la casa de los abuelos para rezar el rosario durante 9 días y convocan a todos los vecinos y amigos que lo conocieron.

“En mi mente y mi corazón creo que va a venir a visitarnos y que sigue vivo. Él (Fernando) quería ser abogado, alguien importante para que su mamá ya no trabaje. Quería que su mamá conozca el mundo”, expresó.

  • No quiero conocerles (a los rugbiers), no quiero guardarlos en mi memoria. Inocencio Sosa, padrino de Fernando Báez.
  • En mi mente y mi corazón creo que Fernando va a venir a visitarnos y que sigue vivo. Mariela Sosa, prima.

Atacado a traición

Altercado. Fernando Báez habría intervenido, tratando de pacificar una pelea en el que participaron sus amigos dentro de la discoteca Le Brique, de Villa Gesell, Argentina, por lo que todos fueron sacados por los guardias del local.

Turba asesina. Eran alrededor de las 04:40 de la mañana cuando Fernando estaba en la vereda, frente al local de la disco, momento en que fue atacado a traición por 8 a 10 jóvenes que lo golpearon con fuerza hasta dejarlo sin vida.

Conversaciones y festejos. Los investigadores revelaron que los jóvenes que golpearon a Fernando festejaron abrazándose, luego de la golpiza brutal, que consideraban una hazaña que debían celebrar con unas hamburguesas.

Los chats entre los acusados que conmocionaron a la familia

El juicio a los ocho acusados por el crimen de Fernando continúa su marcha, en Dolores, Buenos Aires, Argentina.

Ayer, en la octava jornada, se siguieron revelando resultados de pericias y difundieron más audios y conversaciones vía WhatsApp entre los implicados, como ya había sucedido el martes.

Los expertos analizaron conversaciones del 18 de enero de 2020, fecha en que golpearon a Fernando, de grupos de WhatsApp usados por los procesados denominado “Los delboca3”, como así también otro llamado “El Club del Azote”.

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“No se cuenta nada a nadie”. “Amigo, flasheamos, matamos a uno”, eran algunas de las frases que utilizaban en sus conversaciones, dejando en evidencia que estaban plenamente conscientes de lo que habían hecho con el joven.

La difusión de estas conversaciones generó conmoción en los padres de Fernando.

Su madre, Graciela Sosa, no ocultó su indignación al ser consultada por los medios. “Después de muerto se iban a juntar, iban a llevar vinos y flores en la playa, es muy fuerte todo. Nosotros no pudimos participar del peritaje del cuerpo de Fernando, hicimos también por indicaciones de nuestro abogado, porque es muy fuerte. Quisimos recordarlo a Fernando de cómo era y no pudimos presenciar eso, porque sería muy fuerte”, expresó.

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Son ocho los detenidos y acusados que afrontan el juicio ante el Tribunal Oral en lo Criminal de la localidad de Dolores, de la provincia de Buenos Aires.

Se trata de Máximo Thomsen (23), Luciano Pertossi (21), Ciro Pertossi (22), Lucas Pertossi (23), Ayrton Viollaz, (23), Enzo Comelli, (22), Matías Benicelli (23) y Blas Cinalli (21)

En la jornada de ayer del juicio, también dieron su testimonio otros especialistas, como los que les hicieron las pericias toxicológicas y quienes extrajeron muestras de las ropas de los imputados. Además, estuvieron presentes algunos policías que secuestraron objetos de los ocho acusados.

Uno de los peritos confirmó que en el cuerpo de Fernando Báez se encontraron huellas pertenecientes a Blas Cinalli, uno de los implicados.