A la salida del encuentro en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, en Simi Valley, Tsai agradeció a McCarthy y a los líderes partidistas que la recibieron para la simbólica reunión que irritó a Pekín, quien prometió una “firme” respuesta.
“Su presencia y apoyo inquebrantable reafirman al pueblo de Taiwán que no estamos aislados y no estamos solos”, dijo Tsai.
China, que había expresado su desacuerdo con la reunión, se pronunció poco después.
“En respuesta a los actos de colusión gravemente erróneos entre Estados Unidos y Taiwán, China tomará medidas firmes y eficaces para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”, dijo el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado publicado por la agencia Xinhua.
Pekín considera a la isla de gobierno democrático y autónomo como una provincia rebelde que es parte de su territorio, y dice estar dispuesto a recuperarla, incluso por la fuerza.
Bajo el principio de “una sola China”, Pekín no permite que ningún país tenga lazos diplomáticos con ellos y con los taiwaneses a la vez.
“Subrayé [en la reunión] algo que defendía el presidente Reagan, que para preservar la paz, tenemos que ser fuertes”, dijo Tsai, quien llegó el martes a Los Ángeles luego de una gira diplomática por Belice y Guatemala.
Agradecimiento
“Taiwán agradece tener a Estados Unidos al lado mientras enfrentamos los desafíos únicos de nuestra era”.
Estados Unidos reconoció a Pekín en 1979, pero es un importante aliado de Taiwán y su mayor proveedor de armas.
El apoyo a la isla es uno de los pocos consensos bipartidistas en el Congreso estadounidense y durante el mandato de Tsai se ha estrechado esta relación.
McCarthy, segunda autoridad en la línea presidencial y nativo de California, describió a Taiwán como “una democracia exitosa, una economía pujante y un líder global en salud y ciencia”.
“La amistad entre el pueblo de Taiwán y Estados Unidos (...) es vital para mantener la libertad económica, la paz y estabilidad regional”, dijo McCarthy. “Honraremos nuestras obligaciones y reiteramos nuestro compromiso con nuestros valores compartidos”.
“Debemos continuar con la venta de armas a Taiwán”, comentó a periodistas tras la reunión.
“Nuestro objetivo es que nunca ocurra, pero sabemos históricamente que lo mejor es suministrar armas para permitirle a la gente impedir la guerra”, agregó. “Es una lección vital que aprendimos en Ucrania, que la sola idea de sanciones no va a detener a nadie”.
Manifestaciones
Con banderas y consignas, manifestantes a favor de Pekín o en defensa de la posición de Taipéi se agolparon alrededor de la biblioteca donde ambos políticos estrecharon manos.
Un pequeño avión sobrevoló el lugar con un cartel que decía "¡Una sola China! ¡Taiwán forma parte de China!”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, le restó importancia a la escala de Tsai en California e instó a Pekín a no usar esto como “una excusa para avivar las tensiones”.
“Este tránsito de autoridades taiwanesas de alto nivel no es una novedad”, le dijo a periodistas en Bruselas, donde se reunió con líderes de la OTAN.
“Es algo privado y no es oficial”.
McCarthy tenía previsto seguir el ejemplo de su predecesora en el cargo, la demócrata Nancy Pelosi, quien visitó Taiwán en agosto del año pasado.
El gesto provocó la ira de China, que respondió con las mayores maniobras militares de su historia en torno a la isla.
El líder republicano finalmente optó por reunirse con Tsai junto a varios representantes del Congreso en las afueras de Los Ángeles.
Confrontación
Sin embargo, Xu Xueyuan, encargada de negocios de la embajada china en Estados Unidos, dijo a la prensa la semana pasada que Washington se arriesgaba a una “grave confrontación”, independientemente de que los líderes estadounidenses visitaran Taiwán o al revés.
Autoridades de Pekín dijeron que McCarthy “jugaba con fuego” con este encuentro.
Pelosi saludó este miércoles la reunión de California, en la cual participaron más de una docena de congresistas tanto demócratas como republicanos.
“La reunión de hoy entre la presidenta de Taiwán, Tsai, y McCarthy es digna de elogio por su liderazgo, su participación bipartidista y su distinguida e histórica sede”, declaró.
La escala de Tsai, que termina su mandato en 2024, se produce cuando China ha intensificado la presión militar, económica y diplomática sobre la democracia autónoma.
Apenas 13 países del mundo reconocen a Taipéi.