La fiscal Carmen Gubetich de Catonni, que lleva este caso, comentó que durante los primeros días de diciembre allanaron uno de los tres depósitos de la empresa Besal SRL y encontraron unas 6.000 bolsas de sal que contenía un alto índice de arsénico y ni siquiera tenían la cantidad necesaria de yodo para que lo consuma un ser humano.
“Inspeccionamos los tres locales de un mismo señor. Encontramos la sal en unos depósitos sin control, encimados, en la intemperie”, remarcó este domingo.
El lugar fue lacrado, pero los dueños no respetaron la orden fiscal y tras violentar una de las puertas mezclaron varios lotes de sal contaminada con sal utilizable, lo que agrava mucho más la situación, por lo que pidieron que los empresarios vayan a la cárcel.
La expectativa de pena es de 5 años de pena carcelaria.
“En Paraguay no hay producción de sal, por esta razón está autorizada la importación de este producto pero bajo ciertos parámetros establecidos por el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN)”, inició explicando la entendida en leyes.
Luego comentó que en el allanamiento encontraron varios lotes de sal que estaban mezclados entre los que pueden consumir un humano, un animal o la industria.
La empresa Besal importa de Argentina el material y luego lo terceriza a otras empresas, por lo que nace el terror.
Con respecto a esto Gubetich de Catonni dijo que “imposible es saber si algún lote de sal contaminada está en el mercado. Se trata de una empresa grande. Solo en uno de sus locales encontramos 6.000 bolsas, eso es muchísimo”, refirió.