“Hay un clima de creciente insatisfacción con la democracia. Tenemos que repensar qué vamos a hacer. Puede parecer una paradoja pero es el reflejo del deterioro progresivo y la paulatina erosión del estado de derecho”, dijo.
“Vivimos vulneraciones sistemáticas a los derechos humanos y no se puede negar el auge de las tendencias autoritarias”, remarcó.
“Hay realidades innegables como la profundización de la pobreza y la desigualdad en nuestra región”, acotó.
Además, hizo referencia al abuso de poder, la corrupción a gran escala, la exacerbación de conflictos armados y la difusión de campañas masivas de desinformación.
“Se ha producido un declive continuo de principios democráticos”, acotó, y recordó la interpelación de las Naciones Unidas a los líderes para que mantengan viva la llama de la democracia.
“En Parlaméricas, no podemos ser ajenos a esa interpelación”, consideró, reafirmando que justamente ese es el fin de la convocatoria que se realiza en Paraguay.