03 may. 2025

Noche de paz

Brigitte Colmán – @lakolman

Ojalá que podamos tener las paraguayas y los paraguayos una noche de paz, noche de amor, con comida en la mesa, familia compartiendo la mesa, musiquita tranqui en vez de reguetón, sidra, algún regalito, pero sobre todo, ojalá que hoy no nos corten el agua y la energía eléctrica.

Sería tan lindo que estos días, que para un montón de gente significan algo importante, digo, algo más que comer y beber; lo podamos vivir sin tener que preocuparnos de nuestra (in) seguridad. Porque, como sabemos, ya no solo entran a robar a tu casa y se llevan tu silla cable, también te roba el Gobierno y muchas veces ni siquiera te enterás.

Los finales de cada año siempre pesan, como que nos pasan la factura, pero, la verdad sea dicha, estas últimas semanas han estado muy pesaditas.

Creo que esta vez los políticos y los funcionarios públicos a punto estuvieron de arruinarnos la Navidad, o al menos casi nos pincharon el espíritu navideño. Además del calor, la humedad, el tráfico alocado e insoportable de estas fechas, las prisas, los bocinazos, la impaciencia y la intolerancia, también tenemos tormentas que se llevan todo por delante menos la mala onda y la mala fe, y sobre todo, nos dejan sin energía eléctrica.

Sin luz. Pocas cosas en la vida hay tan definitivas, que te provocan esa sensación de “¿Y ahora quién podrá defendernos?”, como cuando hay un corte de la energía eléctrica.

Cuando sabés que afuera en el jardín acechan mosquitos y/o malandros, y adentro del horno que es tu casa apenas se puede respirar. Y la envidia ciega que te da pues sabés que el vecino al menos tiene un chileré y puede dormir con aire acondicionado, mientras tu único consuelo será esa pantalla de karanda’y “Recuerdo de Caacupé”.

No existe consuelo alguno sin luz eléctrica, porque ya no tenemos árboles, al menos en la ciudad, y por eso el asfalto y el cemento nos dan la sensación de estar en el infierno; y eso no es todo porque a fin de mes la ANDE nos va a cobrar igual, pese a las incomodidades. Y no, ustedes saben bien que no alcanza con contárselo a Menchi.

Sin agua. El tándem en este martirio, que ya es un clásico, es la falta de agua potable.

La Essap, en una actitud solidaria, se ha propuesto no dejarle a su amiguita ANDE ser la más odiada y anda haciendo competencia. Estar sin agua es igual o peor que quedar sin energía eléctrica; y la factura viene igual y nadie te indemniza por los perjuicios ocasionados.

Por todos es bien conocida esa sensación de haber estado todo el santo día sudando la gota gorda bajo el inclemente sol estival, haber sudado a mares y a la noche cuando llegás a tu hogar, por la canilla no sale ni una gota de agua. Que conste que a los que administran los servicios no les pedimos la paz mundial, tan solo que nos den agua y luz.

Pasando a otros temas, Mario Ferreiro como intendente ya es historia, y si bien es sorprendente y decepcionante, la narrativa local lo ha convertido en la encarnación del mal. El mismo sangriento ensañamiento quisiera ver yo con tanto bandido colorado, pero bueno (...)

De todas maneras, ni todo el espíritu navideño podría levantarnos la moral a los vecinos de todas la ciudades del país. Se vienen tiempos más feos: Altos impuestos, calles sucias, rotas, tránsito caótico, y para condimentar ese mejunje: Las elecciones municipales 2020! Les tendremos que aguantar todo un año a los politiqueros prometiendo vidas de cuentos de hadas.

Pero todo seguirá igual después de las elecciones, en el momento en que la persona electa se siente en el sillón municipal, la ovejita blanca por la que votaste ya solo pensará en usurpar los dineros de Fonacide. Así que ahorrémonos la (des) ilusión y pidámosle al niñito cosas posibles, como que Olimpia gane la 4ª Libertadores; un poco de justicia social y que no haya (tantos) cortes de agua ni de energía eléctrica.