–¿Qué análisis realizaron en el Gobierno sobre por qué no prosperó su candidatura a secretario general de la OEA?
–Los fundamentos de la candidatura paraguaya se originaron sobre la base de un apoyo expresado y consensuado por los jefes de Estado del Mercosur. Desde el inicio de la gestión del presidente Santiago Peña, nuestra iniciativa como gobierno fue fundamentalmente la inserción internacional del Paraguay en la comunidad internacional, y en ese contexto también el fortalecimiento del sistema multilateral donde la Organización de Estados Americanos, que es el más antiguo instrumento de diálogo político hemisférico. Los resultados obtenidos apuntan a un fortalecimiento de ese propósito inicial. Hoy día, Paraguay es reconocido. En la reciente Asamblea General Extraordinaria de la OEA todos los países se han referido a nuestra participación en ese escenario, por lo que nuestra evaluación es positiva. Por primera vez en su historia, el Paraguay presentó una candidatura a la Secretaría General de esta Organización.
Mantuvimos más de 20 reuniones con jefes de Estado y hemos cosechado un apoyo muy importante. Sí, destacamos que finalmente nos ha sorprendido, como bien lo expresó el señor presidente, la variación que han tenido algunos países de nuestra región respecto a nuestra candidatura.
–¿No esperaban que ello pudiera ocurrir?
–Ya habíamos sido informados de que Chile, Colombia y potencialmente México no nos apoyarían. El presidente Boric ha sido muy concreto y directo en ese sentido desde el inicio de nuestra candidatura. A partir de este escenario cambiante tenemos una región con tensiones geopolíticas importantes. Mis colegas con quienes he dialogado me comunicaron que la decisión de cambiar el apoyo a Paraguay, que también transmitió el presidente Orsi al presidente Santiago Peña obedeció a condiciones de un grupo de países progresistas.
Además, en conversaciones con los Estados Unidos encontramos que el aporte de este país al sistema multilateral iba a variar de una manera negativa. Y en ese contexto, entendimos que no estaban dadas las condiciones para proseguir con la candidatura.
Hemos dialogado con los países que nos apoyaron, que fueron varios, teníamos votos para continuar nuestro propósito de ser electos, pero al mismo tiempo encontramos que no había condiciones para la candidatura. Y de ahí la decisión que el señor presidente de la República y yo adoptamos.
Está contemplada la variable de que en toda competencia electoral uno puede ser electo o no. Además, no existe ninguna consideración negativa hacia nuestra participación.
–Mencionó que se contaba con el apoyo de los Estados miembros del Mercosur y que estos variaron luego. ¿Incluye a los países fundadores y a los Estados asociados?
–No, no. La República Argentina nos apoyó desde un principio y de manera invariable. El cambio de posición hemos tenido en Brasil, Uruguay y Bolivia. Recuerdo que desde nuestro punto de vista ya empezaban a existir algunas dudas desde el momento en que el grupo de países autodenominados progresistas se reunieron. Nosotros tomamos conocimiento de ese cambio de posición el día domingo en la tarde, luego de participar de la asunción al cargo del presidente Yamandú Orsi (Uruguay). Cuando llegamos a Asunción nos comunicaron la decisión.
–¿Se trata de una diferencia ideológica izquierda-derecha?
–No, no. Yo creo que es una decisión que adoptan estos países a la luz de situaciones que reflejan, por una parte, que hay una independencia de lo que es mi candidatura, y por otra parte, lo que es la República del Paraguay.
Pero al mismo tiempo nosotros consideramos que las tensiones geopolíticas son parte de una realidad en la región y preferimos apuntar a un consenso hacia Albert Ramdin quien, si bien no tiene las mismas visiones de nuestra propuesta, preferimos no generar más tensiones a nivel regional.
–¿Podría ocurrir que Estados Unidos deje de aportar el 54% del presupuesto de la OEA y que esto afecte a la Organización?
–Yo no sé finalmente qué decisiones y de qué manera Estados Unidos adoptará. Es una decisión soberana de este país. Lo que sí es que, habiendo confirmado por parte de las principales autoridades de Estados Unidos de que va a haber un desfinanciamiento de la organización, nuestro propósito de fortalecer la organización, de revitalizarla, de hacerla mucho más eficiente, más humana y cercana a la gente, era muy difícil de cumplir. A lo que se sumó una posición de carácter geopolítico donde también nosotros necesitábamos tener toda la posibilidad de construir diálogo y consenso a nivel hemisférico.
–¿Su acercamiento al gobierno Trump hizo que lo identificaran como el candidato de EEUU para la Secretaría General de la OEA. ¿Se pone el sayo en ese sentido?
–De ninguna manera. Yo me he reunido con todos los líderes de todos los movimientos. Hay algo importante que destacar: Paraguay nunca ha tenido una política exterior ideologizada. Nosotros nos hemos reunido con el presidente Trump, con el líder del progresismo a nivel del Cono Sur, el ex presidente de Uruguay, José Pepe Mujica. También con el candidato electo del Uruguay, Yamandú Orsi. El presidente Santiago Peña también dialogó con el presidente Lula, y a partir de ahí surgió la idea y el proyecto de mi candidatura. Hemos dialogado con el presidente Arce (Bolivia) y obviamente el origen de nuestra candidatura ha sido un apoyo regional que teníamos consensuado.
Los cambios y variaciones también existen y la coyuntura es dinámica. Por eso nosotros señalamos que aún habiendo tenido condiciones de seguir disputando la alternativa de llegar allí, de llevar a una serie de vueltas electorales, a la luz de los mensajes que recibimos de uno de los principales financistas de la Organización (EEUU), de que no seguirían financiando el sistema de la OEA, decidimos con el presidente de la República apearnos de la candidatura.
–¿Por qué habló de modernizar y dinamizar la OEA?
–En los últimos 10 años dos países han dejado la OEA, me refiero a Venezuela y Nicaragua, por eso planteamos la necesidad de fortalecer el sistema democrático. En cuanto a derechos humanos señalamos que es fundamental el fortalecimiento y la despolitización de los órganos institucionales. Respecto al ámbito de la seguridad hemisférica, hemos visto que es un tema que en la integración tiene una serie de desafíos la lucha contra el crimen transnacional organizado. Los Estados tienen que comprometerse mucho más con la Organización. 40 millones de dólares es la deuda de cuotas de muchos Estados miembros. En seguridad, que es uno de los temas claves donde entran migraciones, la lucha contra el crimen transnacional, la corrupción y otros elementos como trata de personas, tráfico de drogas, tráfico de armas, lavado de activos, existen 140 mandatos en los 32 estados partes, pero el presupuesto es para tres. Planteamos volver a los orígenes, a la Carta constitutiva de la Organización para entender cuáles van a ser las prioridades y los recursos con los que vamos a contar. La Organización tiene hoy más de 1.500 funcionarios y es necesario que haya una dimensión adecuada.