La imprecisa línea que separa la realidad de la imaginación, la verdad de la fantasía, campea tenazmente entre nosotros ante cualquier intento de establecer las causas de nuestros problemas. Algunos llaman “divague” al fenómeno. Ya se trate de la composición racial de nuestros orígenes o el acuerdo de una estrategia para acoplarnos al tren tecnológico que avanza raudo en todo el mundo.
Con la misma actitud solemos abordar los hechos de la historia nacional. Y si permanentemente ignorados, cada uno de ellos: Detalles y personajes suelen retornar al presente con una puntualidad digna del movimiento de los astros. Con altas dosis de intolerancia, corrupción, impunidad por la mala gestión de Gobierno, falta de oportunidades laborales, ¿falta algo?
Considerando nuestro pasado más reciente, los paraguayos solemos sostener discrepancias insuperables; desde los afectos deportivos hasta los desafectos partidarios. Hechos que las escuelas públicas podría haberlos reducido, pero los recrean e incrementan, sin interés ni conocimientos para desmantelar las fábulas que nos permitan restañar al menos, las heridas que nos dejan. Pruebas al canto y en cuanto a los hechos de la Independencia Nacional, por ejemplo; auténtico Certificado de Nacimiento de la República ¿Sabemos desde cuándo los paraguayos somos independientes “de todo poder extranjero”? Porque es obvio que NO LO FUIMOS desde el 14 de mayo de 1811; ni del 15; fechas que recordamos como tales. Pues prestigiosos autores afirman que RECIÉN el 16 de mayo de aquel año, el gobernador Bernardo de Velazco aceptaba la exigencia de los patriotas acuartelados. Y hasta se conoce la hora de tal decisión: ¡Las 10 de la mañana! El hecho se refería a la solicitud de los insurgentes para que dos diputados acompañaran al gobernador en la tarea.
Pero ¿fuimos independientes desde ese momento? Definitivamente NO, porque si bien creada una Junta de Gobierno, esta se constituyó con dos españoles –uno de ellos el propio Velazco– y un paraguayo. Los que juraron LEALTAD a Fernando VII, titular de la corona. Entonces … ¿de qué emancipación estamos hablando? ¿Conocen nuestros maestros estos detalles …? ¿Los enseñan?
Otra perla: En los fastos de Mayo de 1811; el protagonismo del Dr. José Gaspar de Francia fue indiscutible. Pues el “Supremo” había sido electo miembro del Triunvirato por imposición de los conjurados e integró la Primera Junta, en junio siguiente. Siguió como miembro del Consulado desde el 12 de octubre de 1813 y un año más tarde fue designado dictador Temporal para que a partir de 1816 hasta su fallecimiento en setiembre de 1840, fuera dictador perpetuo de la República.
¿Por qué todavía se discute su protagonismo en la formación y consolidación del Paraguay independiente, a pesar de su presencia y activa gestión en los cinco primeros gobiernos y sus 29 años de hegemonía en la vida nacional?
En cuanto a la Guerra de la Triple Alianza, motivo de frecuente discordia en nuestro medio, su emergencia fue endilgada al mariscal debido a sus “sueños hegemónicos en la región”; o, por el peligro que representaba “a la seguridad de sus vecinos”. Versión suficientemente desmentida y con los fundamentos correspondientes, por autores de la talla de Juan Bautista Alberdi, Atilio García Mellid, José María Rosa, argentinos; y Luis Alberto de Herrera, uruguayo, entre otros.
Quien quisiera conocer más de esta historia por fuera de la ridícula patraña urdida para justificarla, podría apelar –TAMBIÉN– al mismo tratado secreto donde consta la intención de robar al Paraguay de riquezas y territorios, destruir su capacidad productiva, desmantelarlo de todo bien y dirigir sus gobiernos hasta que –de facto– se produjera su extinción.
Finalmente, y por el momento … en cuanto a los territorios sustraídos al Paraguay como consecuencia de la misma guerra… con el país ocupado y las armas del enemigo pendiente sobre las cabezas de los apocados gobernantes de entonces… ¿podrían ser válidos los tratados firmados? ¿Algún gobierno nacional reclamó alguna vez ante este notorio atropello? ¿Lo hizo algún estamento académico o profesional del Paraguay? ¿Un gremio, algún Partido Político?
¿Cuál es la verdadera razón de tanta obstinación en favor del silencio sobre estos asuntos?