11 dic. 2024

Nuestra industrialización tardía

Desde hace tiempo venimos repitiendo que una ventaja de países como el Paraguay, que se encuentra muy atrás en su proceso de desarrollo, es que puede analizar la historia y aprender de los aciertos y de los errores de los países que ya hoy están desarrollados.
Recordemos que la revolución industrial que se inició en el siglo XVIII fue el punto de partida del desarrollo de dichos países. Esta revolución comenzó en Inglaterra y, posteriormente, se extendió a los países del norte de Europa y a los Estados Unidos.

Estos procesos de industrialización no fueron lineales y hubo diferencias entre un país y otro, debido a las circunstancias históricas y a la realidad de cada uno de ellos.

Pero en todos los casos hubo algunos elementos en común: La tecnología fue el motor del proceso, el sector privado tuvo la visión para utilizarlo y el sector público acompañó con infraestructura y servicios de educación, salud y seguridad. Hubo una alianza entre el sector público y el privado.

Esta introducción era necesaria para ubicarnos en nuestro Paraguay actual que desde hace unos años viene avanzando en un proceso tardío de industrialización.

La semana pasada pude realizar visitas a importantes industrias ubicadas en el centro y el este de nuestro país. Estas visitas que las realizo desde hace tiempo me permiten conocer la realidad de nuestro país en esas pujantes zonas y evaluar nuestro proceso de industrialización vital para nuestro desarrollo.

Como en años anteriores, este año he visto que importantes industrias extranjeras que se han instalado desde hace un tiempo en el Paraguay se encuentran muy satisfechos con el crecimiento de sus ventas y con la calidad de la mano de obra paraguaya.

La gran insatisfacción siempre es la falta de infraestructura del país. Primero, con la ciudad que crece desordenadamente sin dotarles de los caminos necesarios para la entrada y salida de sus enormes camiones y, segundo, con el cuello de botella que significa cruzar el puente de la Amistad, la principal puerta de salida para el Brasil.

Sin embargo, en estos problemas ha habido una mejoría importante en los últimos años. La duplicación de la ruta PY02 que une Ciudad del Este con Asunción ha reducido notablemente el tiempo de viaje, y, el enorme avance del lado paraguayo de los caminos de acceso al segundo puente ubicado en presidente Franco promete agilizar muchísimo el tránsito de los camiones en la frontera

Nos dicen que ahora el problema se encuentra del lado brasileño, donde la construcción de los caminos de acceso se encuentra más demorado. Según comentarios de la zona, el gobierno de Lula no ha priorizado estas inversiones porque el proyecto del puente ha sido iniciativa del gobierno de Bolsonaro. Por lo visto, la politiquería de descalificar lo que ha hecho el Gobierno anterior ocurre tanto en el Brasil como en el Paraguay y no contribuye al desarrollo.

También hemos visto con preocupación cómo una gran industria que ocupa unas siete manzanas y que tiene más de 1.300 empleados tuvo que poner un vallado para protegerse de campesinos liderados por políticos inescrupulosos que amenazaban con invadir la fábrica. Por lo visto, este tipo de problemas no ocurre solo en el campo, sino también en las ciudades.

Pero a pesar de estas dificultades para las industrias cuyo principal mercado es el Brasil, los aspectos positivos que tiene nuestro país son muy superiores a los negativos, por lo tanto, podemos esperar que las inversiones continúen creciendo en los próximos años.

El trabajo de promoción que está haciendo el gobierno actual va a ayudar a que las inversiones se incrementen, aunque creo que dicha promoción debe centrarse más en el Brasil, antes que en países lejanos.

Mi evaluación final de esta industrialización tardía que está viviendo el Paraguay es positiva. Sigamos por el mismo camino, recordando la importancia de que el sector privado y el sector público trabajemos juntos.

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