Según informaron hoy los responsables del área arqueológica, de la tortuga se puede apreciar casi intacta la cabeza, el caparazón y una de las patas, y es “una valiosa pista arqueológica de la última fase de la vida en Pompeya, después del violento terremoto en el 62 d.C. y antes de la fatídica erupción del año 79".
Los arqueólogos la encontraron a medio metro de profundidad en una de las tabernas (tiendas) en la céntrica calle dell’Abbondanza, donde una investigación compartida entre la Universidad Oriental de Nápoles, la Freie Universitat de Berlín y la Universidad de Oxford está trabajando en los restos de un casa de lujo que tras el terremoto del 62 d.C. fue demolida y anexada a las termas Stabiane.
“La campaña de excavación en curso en Pompeya sigue reservando importantes hallazgos y nuevos descubrimientos, confirmando la extraordinaria riqueza de este auténtico cofre de historia y memoria que fascina al mundo entero”, declaró el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini.
Los investigadores han reconstruido la muerte de la tortuga, un ejemplar de Testudo hermanni, que introdujo en uno de los espacios creados en una de las casas tras el terremoto con el fin de encontrar un lugar adecuado para colocar su único huevo.
“Se trata de un hallazgo importante que abre una ventana a los últimos años de la ciudad, los que siguieron al terremoto, y en los que toda Pompeya se transformó en una gran ciudad en plena reconstrucción”, explicó el director del Parque Arqueológico, Gabriel Zuchtriegel
En aquellos años, añadió Zuchtriegel, “el ecosistema de la ciudad cambiaba con animales que encontraron refugio en los locales en reconstrucción o en tiendas como esta, en pleno centro”.
Evidentemente, la tortuga había entrado en la taberna y allí, en un rincón protegido, había cavado una cueva para poner su huevo, lo que no logró y esto pudo haber causado la muerte, apuntó la antropóloga Valeria Amoretti.
Las tortugas tienen una peculiaridad, la distocia, es decir, si no encuentran un lugar adecuado pueden conservan sus huevos, por lo que si a veces no localizan el lugar adecuado prefieren morir y esto se cree que es lo que sucedió a la tortuga.
Durante la reconstrucción de la taberna tras el terremoto, los trabajadores de Pompeya taparon sus restos sin darse cuenta y allí quedó para ser descubierta casi 2.000 años después.