Al menos se muestra sensible frente a la cruda indigencia en la cual viven decenas de nativos en el microcentro capitalino y en la zona de la Terminal de Ómnibus.
Lo primero que hizo como presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) fue ir a verificar las necesidades que hay en el Hospital Indígena, en Limpio.
Es consciente del drama de los indígenas en calle. También es consciente –sopesa– de la situación con la que se puede encontrar en la propia institución que preside: “No se pudo hacer transición”, aclara.
Tiene “confiscados” todos sus fines de semana porque pretende recorrer las comunidades del interior.
A su vez, tiene en agenda hacer un recorrido por el centro capitalino y otros focos donde hay indígenas malviviendo en la vía pública.
“Tenemos anotado salir a ver a la gente de la calle, quiénes están en esa situación; conversar dentro de lo que es posible y ver con personas especializadas de qué manera se puede sacarlos de esa situación”, señala sin dejar de reconocer que muchos están ganados por la adicción.
“Nos espera un gran desafío. A mí ni a nadie le gusta verlos así.
Es un dolor ver esa gente ahí, tirada, abandonada.
No es lo que quiero seguir viendo.
No estoy prometiendo a corto plazo, es un trabajo intenso el que nos espera”, lanza. Anuncia que articulará tareas con la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA) y el Ministerio de Salud Pública para atender a esta población.
Allen es licenciada en Ciencias Contables y Administrativas y reemplaza en el cargo a Aldo Zaldívar.URGENTE. Tina Alvarenga, de la Articulación de Mujeres del Paraguay, oficiará de asesora de la actual presidenta del Indi.
Como asumieron a las corridas –dice– y acusan muchos frentes problemáticos, deben clasificar “lo importante, las prioridades y las urgencias”. Para ella, el drama de los nativos en calle “es de urgencia” y debe ser atendido como tal.
“El tema de las drogas no es una cuestión solo del Indi, es de Salud Pública”, distingue y explica que ellos solo harán “el acompañamiento técnico de cómo abordar la temática indígena”.
En las comunidades carecen de condiciones para recibir a los jóvenes que están con adicciones. “Por eso nuestra primera parada va a ser en el Hospital Indígena, a ver qué podemos hacer con el Ministerio de Salud, porque debemos tener un espacio especializado en el hospital, porque ni eso se tiene”, resalta.
Y pone un ejemplo: “Si llevo a tu comunidad a un chico con un problema de drogas, te estoy tirando el problema”.
Por eso, plantea, deben existir herramientas como las Unidades de Salud Familiar USF), promotores de salud que coordinen acciones con los chamanes y médicos naturalistas.
Precisan de gente con una “mirada socioantropológica” que oriente el trabajo de rehabilitación y que entienda la cosmovisión indígena, a saber cómo trabajar en comunidades.
“No es solamente limpiarles el estómago y tirarles allá; sino acompañar el proceso espiritual para que ese chico vuelva a encontrar su espíritu.
Porque desde la cosmovisión indígena entendemos que con las drogas perdemos el espíritu”, remarca.Mientras, avisa, se concentrarán en el aseguramiento y la titulación de las tierras, que es la misión institucional del Indi.