“Las condiciones clínicas del Santo Padre en las últimas 24 horas han mostrado una nueva y leve mejoría. La leve insuficiencia renal detectada en los días pasados ha pasado”, se lee en el boletín diario publicado por la Santa Sede.
Francisco, de 88 años, fue hospitalizado el 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana a la que se sumó la neumonía bilateral, un cuadro que se complicó –y preocupó sobremanera– días después con una crisis respiratoria asmática y una anemia que requirió transfusiones.
Sin embargo, los últimos partes emitidos por el Vaticano apuntan a una progresiva y ligera mejoría del pontífice argentino, expresado con cauto optimismo por su equipo médico.
EVOLUCIÓN POSITIVA. La segunda tomografía (TAC) que le habían efectuado del tórax en la tarde del martes “ha demostrado una normal evolución del cuadro pulmonar flogístico”, es decir, de sus procesos químicos.
Asimismo, las analíticas “han confirmado la mejoría de ayer (por el martes)” y fuentes vaticanas afirman que incluso la anemia que sufría “parece estar pasando” y las plaquetas en sangre aumentando, dejando atrás la trombocitopenia, el alarmante bajo nivel de días pasados.
Para confirmar esta ligera recuperación se le ha realizado un examen hematoquímico, una prueba sobre el contenido químico de la sangre, y un hemograma, que sirve para examinar el estado general de salud de un paciente y detectar posibles afecciones.
El Pontífice argentino, eso sí, sigue recibiendo oxígeno en “altos flujos”, a pesar de que tampoco este miércoles ha sufrido crisis respiratorias asmáticas, y está llevando a cabo “fisioterapia respiratoria”.
Además, ha desaparecido todo síntoma de la insuficiencia renal que le habían detectado, aunque siempre fue considerada “leve”, “bajo control” y “no preocupante”.
Su pronóstico sigue siendo “reservado”; es decir, que sus médicos prefieren no desvelar o pronosticar su evolución, pero por primera vez desde el 22 de febrero en el parte no se escribe que su estado es “crítico”.
La última noche, la décimo tercera en el hospital, ha sido tranquila y por la mañana ha desayunado con normalidad sentado a un sillón, a la espera de los resultados de esta TAC.
El Papa, según fuentes vaticanas, “puede moverse”, seguirá recibiendo oxígeno y puede comer sólido, “normal”.
Mientras, sigue desempeñando algunas tareas en la planta décima del Gemelli, asistido por sus más estrechos colaboradores. A las puertas del ambulatorio siguen llegando fieles a dejar flores y velas para desear su pronta recuperación. En estos días ha firmado algunos nombramientos y el lunes decretos de canonización.