Los productores sostienen que podrían ser como consecuencia de la quema de pastizales, una práctica peligrosa que persiste en el país, a pesar de no ser recomendada. Los vecinos del lugar están preocupados por la quema de los campos, que suele ser una práctica muy difundida en el sector productivo. Por otra parte, los incendios suelen causar accidentes de tránsito fatales, al reducir considerablemente la visibilidad para los conductores en las rutas. Además, la ceniza originada por la quemazón afecta considerablemente a la salud.
En el interior del país, la quema de pastizales es una práctica rápida y económica para limpiar los terrenos de malezas, pero a la larga, perjudica al campo, ya que afecta la microfauna y la biodiversidad. La aparición de fenómenos climáticos de gran intensidad no dejó, ni dejan de azotar a los campos de todo el país. El Departamento de Ñeembucú no escapa de esta disyuntiva. La falta de lluvias ya lleva dos años. En este año las condiciones continúan sin cambios, falta de lluvias, sequías, bajante de los ríos.
En Ñeembucú 580.000 a 600.000 cabezas de ganado pastan en los campos desde Villa Oliva al norte, hasta Laureles. Por estos meses, las praderas por la falta de humedad están muy secas, grandes esteros y lagunas se observan además que están prácticamente sin agua.
El panorama es extremadamente crítico, para el productor que no tomó las medidas para enfrentar este fenómeno climático adverso. La verdadera dimensión del impacto se irá sintiendo en forma escalonada de no darse las ansiadas lluvias. JJB