En la presentación del tercer informe sobre Ayotzinapa, los investigadores mostraron por primera vez un video tomado el 27 de octubre de 2014 -un mes después de la desaparición- en el basurero de Cocula, en donde se mostraría a miembros de la Marina de México siendo parte activa en la manipulación de pruebas durante la investigación de los hechos.
“Sabíamos que había participación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la de Marina (Semar), sobre todo en detenciones, pero ignorábamos el contenido de este video”, señaló en conferencia de prensa Claudia Paz, miembro del GIEI.
Los hallazgos, dijo, se basan en fuentes documentales del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y de la unidad especial de investigación del caso Ayotzinapa.
El grupo señaló, además, que las autoridades “simularon” durante años la investigación y no solamente ocultaron información fundamental que pudiera haber ayudado a conocer el paradero de los 43 desaparecidos, sino que manipularon los datos existentes.
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“Hay simulaciones en las fechas, lugares y formas en que se dieron las detenciones. Las tarjetas informativas de las policías de todos los niveles entregadas eran falsas, también las bitácoras”, resumió el GIEI en redes sociales.
Las revelaciones sobre la Marina se suman además a las sospechas de que el Ejército había participado en el caso.
Incluso el año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a la comisión gubernamental que investiga el caso, liderada por Alejandro Encinas, divulgar las declaraciones de los 30 militares interrogados por hechos.
Ello tras una filtración de declaraciones de un testigo protegido, quien aseguró que hubo militares involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes.
El video
Previo a este informe, el GIEI ya había presentado otros dos documentos en los que consideró imposible el relato de los hechos de la primera versión oficial del caso y denunció un montaje en el hallazgo en el río en 2014 de restos de uno de los jóvenes.
De acuerdo con la denominada “verdad histórica” del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa fueron detenidos la noche del 26 de septiembre de 2014 por policías corruptos en Iguala y entregados al cártel Guerreros Unidos.
Este grupo criminal los habría incinerado en el basurero de Cocula para luego tirar los restos en un río cercano, hecho que fue cuestionado por familiares y el GIEI, que señaló que los cuerpos no pudieron ser quemados en ese lugar, y tampoco había evidencias de ello.
El GIEI presentó este lunes un video que pudo obtener de la Secretaría de Marina en el que se pueden apreciar a integrastes de la Marina recorriendo el basurero de Cocula, donde supuestamente fueron incinerados los 43 estudiantes secuestrados.
El video fue tomado vía aérea por dron el 26 de octubre de 2014.
De acuerdo con las imágenes, en la mañana de ese día, dos camionetas de la Marina llegaron al basurero de Cocula, muy cerca de donde se encontraban tres bultos blancos sobre una ladera.
Ahí, un grupo de unas 12 personas empiezan a recorrer la zona y poco más tarde se aprecia un incendio que dura unos 10 minutos. Pese a ello, esta visita nunca se documentó en ningún expediente del caso y se desconocía.
En las siguientes imágenes ya no se observan más bultos, que no se sabe qué podrían contener.
El informe señala que tras la presencia de la Marina la zona del basurero quedó “seriamente contaminada”.
Posterior a ello llegaron camionetas de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Semar donde se pudo observar al entonces titular de la Procuraduría, Jesús Murillo Karam, y al jefe de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón.
Este último se encuentra prófugo en Israel acusado de tortura y desaparición forzada. México ha pedido su captura y extradición pero todavía está pendiente.
Simulación y opacidad
De acuerdo con los investigadores, el informe reveló que la Secretaría de Marina y el Ejército ocultaron información crucial como que sabían que los estudiantes eran vigilados en tiempo real e incluso “tenían infiltraciones” de dichas dependencias.
“Autoridades de seguridad tenían en curso dos procesos de inteligencia, uno en seguimiento a las acciones del crimen organizado en la zona y otro sobre los estudiantes”, indicó la investigadora colombiana Ángela Buitrago.
Incluso, abundó, existe evidencia que uno de los estudiantes desaparecidos formaba parte de las Fuerzas Armadas.
También reveló que en los documentos oficiales se encontraron conversaciones de militares informando a sus superiores los pasos que seguían los alumnos hasta que llegaron a Iguala y sus alrededores
Y se confirmó que los jóvenes iban a ir a la Ciudad de México con motivo del 2 de octubre, el aniversario de la matanza de Tlatelolco.
Sin rastro
El investigador chileno Francisco Cox lamentó que, pese al informe, todavía no se pueda aclarar el paradero de los estudiantes ni el móvil del brutal ataque.
“Nos hubiese gustado en este tercer informe decir el destino de los 43 estudiantes, pero no se ha podido y esto se debe a una destrucción de evidencia, al obstáculo y a la construcción de una mentira desde las más altas esferas”, agregó.
Recordó que hasta ahora silo tres de los 43 alumnos han sido identificados a partir de huesos calcinados hallados en distintos lugares, ninguno en el basurero de Cocula.
Y lamentó que “hasta ahora no hemos tenido ninguna noticia que nos dé indicios de vida de los estudiantes, sino solo datos sobre fosas donde podría haber personas sin vida”.