La misa está marcada para el 4 de julio a las 09:00 en el templo parroquial de Ybycuí, concelebrada por todos los obispos de la Conferencia Episcopal Paraguaya, por los sacerdotes de la diócesis de Carapeguá y de distintas partes del país.
La comunidad de Ybycuí se prepara a recibir a los peregrinos de toda la diócesis de Carapeguá y del país, como ya es tradicional cada 4 de julio.
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Los municipios de Ybycuí, Mbuyapey y Quyquyhó, parroquias que atendió el padre Julio, declaran asueto distrital este día a fin de facilitar la participación de todos. Se unen también otras parroquias y devotos del Paraguay.
El jueves a las 07:30 se iniciará en la esquina de las calles Bernardino Caballero y Mauricio Cardozo Ocampos una procesión con cánticos y oraciones. Allí se ubicaba la casa parroquial donde falleció el padre Julio y que hoy ya no existe.
Para los devotos es un lugar lleno de memoria, de esperanza, por lo que el padre Ignacio Espínola, párroco de Ybycuí, se propone a crear en el sitio un memorial, un sitio de devoción al párroco.
Antes de la procesión habrá una breve presentación sobre lo ocurrido en la madrugada del 4 de julio de 1943 y al finalizar la misa, se servirá un desayuno comunitario a todos los participantes.
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Se procederá también a la inauguración de un mural en homenaje, ubicado en una de las paredes del pequeño museo Pa´i Julio Róga.
Algunas obras del padre
La construcción del Hospital de Ybycuí fue impulsada por el padre Julio y gracias a las contribuciones, así como algunos aportes del Estado, en 1936 el padre Julio resolvió adquirir una propiedad y construir en ella la Casa Parroquial. Posteriormente, mandó a construir el Hogar San José para los niños huérfanos o abandonados; inmediatamente, en 1941, gestionó y consiguió en Buenos Aires la venida de las hermanas Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden de San Francisco.
Luego, a pesar de las múltiples actividades del padre Julio se dio inicio a la construcción de la nueva Iglesia de Ybycuí para cuya tarea organizó a todos los pobladores de tal manera a que colaboren donando algún material o con trabajos.
Bajo su dirección se procedió también a la construcción de los templos de Quyquyhó y Mbuyapey, así como la construcción de capillas en parajes como Cordillerita, Pereira-cué, Pasó Paré, Palacio-cué, Isla Pa’ũ, Isla Alta, Roaruguá, etc.
En otro momento, como un aporte más a su comunidad, el padre Julio asumió la presidencia de la Comisión de Fomento y Trabajo de Ybycuí y como tal reinició la reparación del camino de Quiindy a Ybycuí, cuya labor fue fundamental para las comunicaciones con las zonas más alejadas.
El presbítero Julio César Ortellado falleció de la terrible enfermedad llamada tifus, que adquirió por contagio, cuando visitó a un soldadito recién llegado de Asunción. Su desenlace se produjo sin sobresaltos, el 4 de julio de 1943 a los 37 años.