En una jornada nublada en la Villa Serrana, con unas pocas decenas de fieles presentes en la explanada de la Basílica, por las restricciones de la pandemia, el discurso del religioso coincide con la postura de las autoridades de la Iglesia local. Además, recuerda el mensaje emanado del máximo representante de la Iglesia Católica, el papa Francisco.
“Recordemos que la violencia siempre es autodestructiva. Con ella no se gana nada, sino que se pierde mucho y a veces todo. Por intercesión de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, pido al Señor Jesús, Príncipe de la Paz, que se pueda encontrar un camino de diálogo sincero para hallar soluciones adecuadas a las actuales dificultades, y así construir juntos la paz tan añorada”, había tuiteado el Santo Padre Bergoglio.
Esas mismas palabras de diálogo sincero son las que pidió a los fieles el obispo Valenzuela durante su homilía, seguida de la atenta mirada de los feligreses, cada uno portando con su palma bendecida.
“En este momento de prueba, les invitamos a mantener los ojos fijos en Jesús; que entre en el mundo e ilumine esta noche oscura de la pandemia, y, acojamos la petición del papa Francisco”, expresó.
FUERZA. La Iglesia en Caacupé rememoró los mensajes de miles de personas que dieron valor desde el inicio de la pandemia del Covid-19, hace poco más de un año.
“Durante este tiempo de pandemia, hemos recogido hermosos testimonios de la fe inquebrantable de nuestro pueblo, ellos nos edifican, personas que pusieron su confianza en Jesús y cargan su cruz cada día. Gente que abrazada a la cruz redentora y sigue luchando con coraje para superar los sufrimientos”, destacó.
En algunos centros sanitarios, como en el Hospital de Clínicas, se observa a familiares de pacientes de coronavirus encomendarse a Dios a través de imágenes que colocan en la entrada del sitio.
ACERCAMIENTO. Días atrás, el presidente Mario Abdo se acercó a las autoridades de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), ante la crisis social y política que afronta su Gobierno. El Ejecutivo lleva más de 20 días de silencio ante las movilizaciones y pedidos de renuncias. El titular de la CEP, monseñor Adalberto Martínez, indicó que no hay condiciones para que los religiosos convoquen, pero sí aceptan formar parte si es que ocurre algún llamado para el diálogo social. D.B