Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, durante la homilía de este cuarto Domingo de Cuaresma, reflexionó sobre la importancia de hacer una pausa para examinarnos en este tiempo cuaresmal, antesala de la Semana Santa.
“Este es el momento de la pausa y ¿qué tenemos que hacer en ella? Mirar hacia atrás y ver en algo nos hemos convertido. Eso es lo que hoy tenemos que revisar y retomar la marcha para continuar nuestro tiempo cuaresmal y llegar a la Semana Santa y vivir intensamente la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo”, prosiguió.
También, explicó que este cuatro Domingo de Cuaresma es también llamado el domingo de la alegría.
“El motivo de nuestra alegría es el gran amor que Dios tiene a la humanidad”, indicó y sostuvo que el amor “es una palabra que se repite tanto y se volvió tan común y sin contenido”.
Siguiendo con su homilía, manifestó que “el corazón del hombre está hecho para amar y ser amado” y que todos estamos unidos “por la misma naturaleza humana que nos hace solidarios y necesitados entre todos”.
“El amor matrimonial, conyugal, fraternal o de amigos vale mucho en la vida y tiene un poder maravilloso, pero el amor tropieza en la práctica con muchas dificultades y, a veces, insalvables, como cuando se encuentran intereses del prójimo y chocan con mis propios intereses”, acotó.
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Por otro lado, el obispo advirtió que al alejarse de la ley de Dios, que es fuente de todo amor, los hombres se acercan a la ley de la selva “donde las fieras resuelven sus problemas con las garras”.
“La persona que renuncia a Dios llega a un camino oscuro, al crimen, los asesinatos y demás desordenes morales, que hacen que una sociedad sea tan dolorosa, difícil e insoportable”, advirtió e instó en poner en práctica “la caridad y tratarnos como hermanos”.
Valenzuela alertó que muchas veces el hombre “ama más las tinieblas que la luz porque está apegado a sus pecados”. En este punto, resaltó la importancia de “confesarnos con franqueza” a Dios para encontrar la verdadera paz.
“Una buena confesión nos va a ayudar a recuperar la inocencia que hemos perdido”, concluyó.