El obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, durante su homilía dominical reflexionó sobre parte del discurso que propone Jesús sobre los últimos acontecimientos de la historia humana orientada a la plena realización del reino de Dios.
“Este discurso de Jesús es un discurso que pronunció en Jerusalén poco antes de la Pascua y tiene elementos apocalípticos como guerras, catástrofes cósmicas, el sol se oscurecerá y la luna no dará su esplendor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán”, expresó
Sin embargo, dijo que estos elementos no son lo esencial del mensaje, ya que el punto central,en el cual gira el discurso de Jesús, es el misterio de su muerte, resurrección y de su regreso al final de los tiempos.
“Nuestra meta final es el encuentro con el Señor resucitado. Hará un día en que nos encontraremos cara a cara con el Señor y esa es nuestra meta”, siguió expresando a los fieles que llegaron hasta la explanada de la Basílica de Caacupé.
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En ese sentido, sostuvo que el problema no es cuándo van a suceder las señales, “sino que el Señor quiere que estemos preparados para ese encuentro y que no se trate de cómo van a pasar las cosas, sino cómo debemos comportarnos nosotros hoy”.
Valenzuela refirió que estamos llamados a vivir el presente construyendo el futuro con serenidad y confianza en Dios.
Siguiendo con su reflexión, instó a prestar atención a lo que pasa a nuestro alrededor.
"¿Quién está a tu lado? ¿Qué está necesitando? Escúchale, ayúdale”, alentó e indicó que Jesús “quiere quitar de sus discípulos de todas las épocas la curiosidad por querer saber cuándo va ser el fin del mundo, previsiones de catástrofes o la tentación de leer el horóscopo”.
“Cuando tengas esa tentación de leer el horóscopo, mírale al Señor Jesús. La presencia de Jesús nos llama a estar atentos y vigilantes. En eso el Señor insiste hoy”, enfatizó.
“Mirándole a él dejamos de lado la impaciencia, la intolerancia y adormecimiento de querer escapar hacia adelante o quedarnos encerrados en todo lo mundano, que nos quita fuerzas y vitalidad, visión de futuro”, prosiguió.
En otro momento, tocó las situaciones que se desencadenan a causa de las calamidades naturales, morales, accidentes, imprudencias y desgracias de todo tipo. “Así como pasó el fin de semana pasado, cuántas muertes en accidentes de tránsito, nos deja asombrados, incluso familias enteras”, expresó con dolor.
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La semana pasada, la ruta Ecovía, que une a Luque con San Bernardino a la altura del kilómetro 41, fue el escenario de un triple choque que se cobró la vida de cuatro personas, entre ellos, tres miembros de una familia de cuatro integrantes. La única sobreviviente fue una niña de 8 años que ahora quedó sin mamá, papá y sin su hermano.
“¿Qué nos está pasando? Desgracias de todo tipo. Todo lo que pasa nos recuerda que el Señor y solo su palabra quedan y permanecen como luz que guía, anima nuestros pasos y cambia el corazón. Por eso debemos estar vigilantes y eso significa vivir alejados del pecado para comenzar a hacer obras buenas que ayuden y ayuden al otro, pues la vuelta del Señor será para cada uno en la hora de la muerte”, subrayó Valenzuela.
Por último, recordó al italiano Carlo Acutis, fallecido en 2006 con solo 15 años y conocido en todo el mundo por su labor de evangelización a través de internet.
“Vamos a mirarle a él como un mensaje para nuestra juventud que desde los 15 años uno se puede preparar para ser un gran santo, incluso frente a una computadora o celular.”, concluyó.