“Rolando, hermano querido, quiero decirte también que estamos luchando por tu libertad: denunciando y orando. Pedimos tu libertad denunciando”, destaca Báez en un mensaje de video.
“Los que te conocemos y te queremos no nos hemos callado, seguimos alzando la voz para que esta injusticia, este crimen, que cometen contra ti, termine muy pronto. No dejaremos de exigir tu liberación. No callaremos hasta tenerte otra vez entre nosotros”, añade el obispo.
Báez le explica a Álvarez que piden su “libertad sobre todo en la oración. El pueblo de Dios te recuerda y reza por ti continuamente”.
El 10 de febrero pasado, Rolando Álvarez, un fuerte crítico del Gobierno que preside Daniel Ortega, fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida, por delitos considerados “traición a la patria”.
Esto ocurrió un día después de que Álvarez, de 56 años, se negó a subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, a Estados Unidos, lo que provocó la indignación del presidente Ortega, quien lo calificó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.
“No estás solo”
Báez, a quien el papa Francisco ordenó dejar Nicaragua en 2019 por motivos de seguridad, recalca al obispo nicaragüense encarcelado que no está “solo": “Quiero decirte, Rolando, que no estás solo. Allí donde estés, aún confinado y solitario, allí estamos contigo todos los que te queremos”.
“Yo también estoy contigo, hermano. A nosotros nos unen muchas cosas (...) Rolando, no estás solo. Sobre todo Dios está contigo, susurrándote al oído como a los grandes profetas”, agrega el mensaje.
Baéz afirma que es consciente de que Álvarez está encarcelado porque “quienes, sedientos insaciables de poder y cegados de soberbia y de maldad, tienen sometida a Nicaragua, quieren mostrarte como responsable de delitos inexistentes que ellos mismos se han inventado”.
“Te han apresado, Rolando, porque se atemorizaban ante un humilde obispo que caminaba, bailaba y cantaba con la gente sencilla. Temblaban cuando tú hablabas de justicia y de verdad, cuando defendías a las víctimas y alzabas la voz por la madre tierra. Se sienten juzgados y condenados cada vez que resuenan en sus oídos tus inolvidables palabras: ‘Respete la patria’”, subraya.
Y sentencia: “Dios actuará, quizás no en el tiempo y de la firma que imaginamos, pero actuará, liberándote de las cadenas inicuas que te atan y renovando tu vocación de pastor al servicio de tu pueblo”. EFE