El obispo Javier Pistilli ofició la misa del cuarto día del Novenario de la Virgen de Caacupé este miércoles y en su homilía se refirió al compromiso de la Iglesia con los laicos y realizó una autocrítica.
Primero, preguntó si Paraguay, donde la población es mayoritariamente cristiana y católica, fracasó con el compromiso y, posteriormente, mencionó a los “clericalistas” y “capillistas”, como los que tomaron otros caminos.
“Si hemos formado durante generaciones laicos, padres y madres de familia, maestros, obreros, comerciantes, artistas, profesionales en nuestras universidades católicas; si jueces, legisladores, autoridades municipales, departamentales y nacionales se han formado en familias católicas: (...) ¿Somos la Iglesia que debemos ser?”, formuló.
Le puede interesar: Novenario de Caacupé se abre con fuerte crítica a desalojos y criminalización de lucha por la tierra
Dijo que obispos, sacerdotes, consagradas y consagrados, catequistas y sacristanes no están ajenos a la lista de los que fallaron y desilusionaron.
Lanzó duras críticas hacia las autoridades eclesiásticas que hacen uso del poder y los llamó “clericalistas”. “Clericalista es el que se esconde bajo la sotana o el hábito y no asume su responsabilidad en el mundo como adulto en la fe”, expresó sobre el punto.
Asimismo, sumó que hay “capillistas” que se “aíslan del mundo” y que “se consideran a sí mismos como los únicos santos y puros y que todos los demás son cristianos mediocres”.
Lea también: Obispo se pregunta dónde están las leyes que protegen a indígenas
Entre otras cosas, apuntó que hay que usar las redes sociales y los espacios de opinión correctamente. “Seamos vacunas, no virus, que enferman más a la comunidad. Ser vacuna significa que conocemos el mal, pero somos capaces de neutralizarlo y fortalecer la salud”, acotó.
El tema principal de la cuarta celebración del novenario a Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé fue “Al instante se pusieron en camino para anunciar a Cristo”.
El domingo pasado se inició el novenario a la Virgen de Caacupé, considerada la patrona de la fe del Paraguay.