Durante el octavo día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé, la homilía se centró en el diálogo, las divisiones sociales y los desafíos que “Dios nos pide vencer” para vivir en comunión.
El encargado de predicar la palabra de Dios fue el obispo de San Lorenzo, monseñor Joaquín Robledo, bajo el lema “Orar y caminar juntos en la iglesia”.
Hizo hincapié en la importancia del diálogo con solidaridad y paciencia, a estar “abiertos a la conversión y al cambio en nuestra manera de pensar y actuar”.
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“Hoy es necesario poder hablar de solidaridad, porque es abrir los brazos al desamparado, cubrir al desnudo, amar al que sufre, es volver a mirarnos como hermanos, como familia, describiendo al Cristo yacente en aquellos que han perdido el sentido de sus vidas”, expresó ante los feligreses.
En ese sentido, señaló que el hablar con libertad y verdad es una de las claves de la sinodalidad, por ello instó al diálogo, escuchando a todos los actores, a fin de poder discernir y “juzgar a la luz de la verdad”.
Vencer al abuso de poder y al machismo
"¿Dónde están los valores de Dios, la fraternidad, la solidaridad, la justicia, el bien de nuestra comunidad?”, cuestionó.
Por ello, sostuvo que en la actualidad es muy necesario poder hablar con solidaridad “porque es abrir los brazos al desamparado, cubrir al desnudo, amar al que sufre, es volver a mirarnos como hermanos”.
A través de esta práctica, pidió a los católicos superar el clericalismo o cualquier otra ideología que “destruya la fe y a la persona misma”.
Así también, sostuvo que en nuestra sociedad hay muchos desafíos a vencer como el machismo, los abusos de poder y tantos otros problemas sociales.
“Por eso estamos llamados a cultivar la cultura del buen trato, de tratarnos como hermanos. Dios decía en el evangelio: ‘Trate a su hermano como ustedes quieren ser tratados’”, subrayó.
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Afirmó que el diálogo es “hacer nacer la esperanza y juntos construir la anhelada civilización del amor, en vivir en comunión con Dios, con los hermanos y con la naturaleza y la ecología”, según sus palabras.
Agregó que vivir en armonía con los valores de Cristo también significa respetar la naturaleza, por lo que instó a cuidar el medioambiente; “de lo contrario, se destruye la vida física, moral y espiritual”.
Dejar de lado el amor al poder y romper barreras sociales
Frente a las “múltiples divisiones que existen en nuestra sociedad a causa de la política, la clase social, ya sea por el color o por el club de fútbol, incluso, que en muchas ocasiones genera enfrentamientos, violencia”, el religioso llamó a dejar de lado el amor al poder y el individualismo.
“Debemos dejar de lado el amor al poder para dominar, el individualismo, la violencia, la explotación al prójimo, la mirada hedonista y materialista que destruye la unidad deseada por Cristo y no dignifica al ser humano”, dijo ante los feligreses.
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Predicó que debemos buscar a Jesucristo, ya que “es la fuente de unidad y la solidaridad que nos muestra la necesidad de romper todas las barreras de división”.
“Cristo ora en nosotros, con nosotros y ora por nosotros para que desaparezca toda clase de opresión y esclavitud. Dios nos quiere libres, para eso nos ha creado”, afirmó.