En la misa de este domingo, el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, mencionó, durante su homilía a los feligreses, las diferencias entre un escriba y una pobre viuda.
“En este pasaje que hemos escuchado, sobresalen dos figuras bien opuestas: El escriba y la viuda. Pero ¿por qué están contrapuestas?, veamos: El escriba representa a las personas importantes, ricas e influyentes. La viuda representa a los que están en el último lugar, a los pobres, a los débiles”, mencionó.
Señaló que en un juicio resuelto por Jesús, el Hijo de Dios se refirió a aquellos escribas que se jactan de su posición social, “a quienes les gusta que se les haga referencia y les encanta ocupar los primeros puestos”.
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El obispo apuntó a aquellas personas que “se sirven de Dios para proclamarse como los defensores de su ley. Y esta actitud de superioridad y de vanidad les hace despreciar a todos aquellos que se encuentran en posiciones económicas con desventaja”, advirtió.
“Jesús desenmascara a este aparato perverso, denuncia la opresión instrumentalizada de los débiles por motivos religiosos”, subrayó.
Dios mira la calidad
De acuerdo con las palabras del obispo, Dios mira la calidad y no la cantidad.
“El hacer por rutina nomás las cosas, no. Darle de tu corazón verdaderamente lo mejor que tengas. Así debe ser la expresión de gratuidad, como lo hizo nuestro señor”, refirió.
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Aconsejó recordar del verdadero corazón generoso cuando nos “sentimos tentados por el deseo de aparentar, de ‘figuretear’ y de contabilizar nuestros gestos de generosidad cuando estamos demasiados interesados en la mirada de los demás”.
Cambiar la sociedad
Además de pedir sabiduría, Valenzuela dijo a los feligreses que se debe pedir “un corazón generoso” y describió que la generosidad es una cualidad en la cual uno pone a los demás antes que a uno mismo.
“Pidamos también el don de un corazón pobre, pero rico en una generosidad admirable, alegre y gratuita. Solamente así cambiaremos el mundo, solamente así cambiaremos nuestra sociedad”, expresó.
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El obispo citó que en nuestro país hay “mucha violencia, mucha indiferencia, mucha intolerancia”.
“Con la generosidad se puede cambiar mucho. Manos a la obra y cambiemos nuestra sociedad, de nosotros depende”, finalizó.