“Me extraña de sobremanera que esta pelea se haya hecho pública, cosa que debería solucionarse internamente”, dijo Giménez en contacto con Monumental 1080 AM.
Señaló que él mismo se comunicó con ambas partes “porque son una familia” y son hermanos del obispado. Indicó que tanto Livieres como Cuquejo se llamaron a silencio y ya no van a seguir opinando sobre el escándalo. Asimismo, se mostró optimista al señalar que ambos tendrán mejor voluntad de sentarse y dialogar en su momento.
Al ser abordado sobre las supuestas denuncias de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes católicos, y en especial a aquel que salpica al padre argentino Carlos Urrutigoity, que trabaja en la diócesis esteña, Giménez dijo que siempre aparecen estos casos.
“Nos duele. Se ha pedido perdón en su momento a través de los diversos papas. Lastimosamente forman parte de la humanidad esas desviaciones”, indicó. “Nosotros de tanto en tanto (en la Iglesia), también tenemos nuestras recaídas”, sostuvo el presidente de la CEP.
Informal. El canciller del Arzobispado de Asunción, Óscar González, también lamentó las acusaciones que hizo monseñor Livieres durante una marcha por la vida y la familia. Dijo que la Nunciatura no se ha manifestado oficialmente al respecto al no existir una denuncia canónica hecha por el obispo denunciante. “Esperamos que todo se aclare”, indicó.
Los corresponsales de ÚH en Ciudad del Este, Noelia Duarte y Wilson Ferreira, informaron que, según fuentes, el nuncio apostólico se encarga de mediar entre ambos obispos y definir las acciones que tomarán en cuanto a los casos que afectan a la diócesis del Alto Paraná y el Arzobispado de Asunción para entablar un diálogo.