En la fecha se festeja un aniversario de la Feria de la Antigua Estación, que tiene lugar el primer sábado de cada mes en la antigua Estación del Ferrocarril Central (Eligio Ayala esquina México). Se pueden encontrar libros, artesanía, distintos objetos de colección, plantas o gastronomía. Detalles al (0982) 164-018.
La idea de hacer estas ferias mensualmente nació antes de la pandemia. “Surgieron en Asunción negocios relacionados al rubro antigüedades. La feria en un lugar tan icónico se interrumpió por la situación sanitaria. Sin embargo, en mayo del año pasado logramos concretar con la ayuda de todos el espacio de Fepasa y la declaración de Interés Cultural de la SNC”, recuerda Clara Alarcón, coordinadora.
La organizadora y feriante, comenta que 70% de los participantes de la feria son anticuarios, y el resto son personas dedicadas a la artesanía, música, baile, gastronomía. En promedio son más de 30 feriantes por mes.
Acerca de qué artículos son considerados vintage, Clara comenta que sería cualquier objeto con más de dos décadas de creación. “Después –prosigue– hay una especie que bordea entre vintage o viejo. Lo realmente antiguo tiene que tener cien años o más tiempo de permanencia. Si tiene más de un centenar de años, se considera reliquia”.
En cuanto a los locales que se dedican a vender antigüedades, comenta que estos están repartidos en Asunción y Gran Asunción. “Unos a puertas abiertas y otros con showrooms en casa”, aclara.
NATURALEZA HUMANA. En cuanto al por qué gustan los objetos con historia, Clara Alarcón considera que se trata de la naturaleza humana, “tiene que ver con la añoranza del pasado. En todo el mundo hay gente que valora los objetos con historia. Hay ferias en la mayoría de las capitales, y como yo, cazadores de antigüedades. En cualquier viaje, siempre encuentro algo”.
Alarcón confiesa su amor hacia las antigüedades y cuenta que a veces las busca, otras las encuentra y algunas se las acercan. “En el la Feria del Ferrocarril hay antigüedades, objetos vintage, colecciones de historia, numismática, libros, juguetes. Además, hay atracciones como tarotista, comida, música y tango”, menciona.
VARIEDAD. Susana Uliambre es una de las feriantes del Ferrocarril que cuenta con productos antiguos y vintage de diferentes épocas. “Desde cristalería, cuadros, billetes y monedas, libros únicos, afiches políticos de diferentes épocas y poco comunes, artículos extranjeros, decorativos, mobiliario”, relata.
Comenta que la mayoría de los anticuarios de la feria mensual tienen sus locales propios, como ella que tiene su negocio, llamado Hu maitá Arte y Antigüedades (barrio San Cristóbal), y también participa de otras ferias.
NUEVO PÚBLICO. Resalta que la pasión por las antigüedades se siente en todo el mundo. “Hay espacios en Buenos Aires, EEUU, España. Tenemos en Paraguay un nuevo público joven, interesado en adquirir productos de colección”.
Uliambre se provee de casas antiguas, familias que se mudan, proveedores que se desprenden de sus colecciones, etc. Las redes sociales también son útiles para la venta y promoción, sobre todo con los jóvenes. La diferencia entre una simple “feria de garaje y las del Ferrocarril tiene que ver con la calidad y el estilo de los objetos”, recalca la feriante.
Daisy Ortiz tiene una década en el rubro y se dedica a la venta de arte europeo, muebles, vajillas y libros son gran parte de su colección, procedente de Francia y Argentina. “Me fui perfeccionando, aprendiendo. Más que nada y se volvió una pasión, pues toda antigüedad tiene una historia”, señala Ortiz, quien actualmente estudia en busca de la posibilidad de certificar obras.
Tiene un violín de 110 años, otro de 250 años y libros de 300 años. “Participo de la feria porque me gusta compartir y aprender. Siempre encuentro algo que me sorprende, hay todo tipo de artículos ahí”, subrayó.