Una primera empresa adjudicada abandonó los trabajos y se encuentra en litigio con el Municipio local.
La segunda empresa reparó varios desperfectos de la obra abandonada y ahora la Comuna local quedó sin fondos para continuar con el proyecto. Mientras, la directora de la escolar básica, Carina Fernández realiza sus tareas administrativas en el patio porque sus alumnos del tercer grado utilizan su despacho como sala de clase.
Por el momento, alumnos de la media están literalmente calcinados junto a sus docentes en reducidas aulas aguardando los nuevos pabellones que nunca llegan.
Hasta la fecha, la Municipalidad de Lambaré destinó más de G. 1.000 millones del Fonacide para el proyecto escolar. La intención es ayudar también a descomprimir los espacios de hacinamiento ante el crecimiento natural de la matrícula en la institución educativa.
Dificultades. “No hay calidad, pero sí cantidad”, dice entre bromas la profesora de Lengua y Literatura durante una clase en el primero de la media, donde intenta captar la atención de 31 estudiantes hacinados con ella en una pequeña sala.
En otro salón, 13 alumnos también intentan dar clases en un espacio muy reducido.
“Son 20 estudiantes, pero no vinieron todos hoy, en todos los espacios estamos así de apretados”, comenta la encargada de despacho de la media, Librada Arbo.
En el patio, donde la obra fue abandonada, se encuentran todo tipo de escombros en el piso, lo que implica un peligro para docentes y para los chicos.
Además, hay partes de la obra que se certificaron como inseguras por las autoridades del MEC, por lo que no pueden ser aún ocupadas.
Un sanitario que fue reportado como terminado por la empresa anterior no concluyó. Los pisos de un pabellón que debe ser destinado a la educación media no se instalaron aún.
Los padres anunciaron la semana pasada la posibilidad de tomar medidas drásticas si no reciben respuestas de parte de las autoridades.
“Los grandes y los chiquitos de la escuela están pasando por una situación que no debe ocurrir en educación. Es casi imposible desarrollar clases así”, lamenta una de las madres de los escolares.
Asegura que de no conseguir respuesta favorable, no descartan medidas de fuerza en los próximos días.
Larga espera. Sentada en una silla de madera en el corredor de la entrada, emprendiendo tareas administrativas se encuentra la directora de la escuela lambareña, Carina Fernández. Su oficina es utilizada por niños del tercer grado.
El interventor de la Comuna de Lambaré Amancio Rivas no contestó los llamados de ÚH a su celular.
Estamos hacinados en esta pequeña sala de clases. No hay calidad, pero sí cantidad en estas condiciones.
Zenaida Lezcano,
profesora.
Es una situación muy incómoda y por peligro no podemos ocupar algunos espacios, que están minados de escombros.
Librada Arbo,
directora de la EEB.